La Vinotinto volvió a ser la Vinotinto, enseñando buen fútbol, una selección de respeto y con aspiraciones de pelear un cupo al Mundial de Catar 2022.
Por Homero Duarte Corona
TRES REVESES en fila, con mayor razón en una eliminatoria de cara a un Mundial de Fútbol, en este caso la Sudamericana, una de las más complicadas de los cinco continentes, de inmediato prendió las alarmas en la afición que siente, quiere y ama la Vinotinto. SON POCAS las selecciones que luego de un triple traspié en fila han podido lograr el sueño mundialista; sin embargo, después de los resultados que se están dando, exceptuando a Brasil, Argentina y Ecuador que han mostrado homogeneidad, el resto de selecciones aún sigue sin tomar su nivel, que resultó beneficioso para el míster José Peseiro y sus dirigidos. COLOQUIALMENTE HABLANDO, “nos tapó la boca” el estratega “lusitano”, ya algunos estaban pidiendo su cabeza, pero Peseiro, al contrario de su compatriota Carlos Queiroz, metido en problemas en la vecina nación, por su terquedad y autismo; oye, lee, está atento a lo que dice la crítica especialidad y lo que escriben los aficionados a través de las redes sociales. QUIEN CONOZCA sobre la materia, intuye que el técnico, en las charlas con sus jugadores los puso a que cada quien expusiera sus razones por las cuales en los tres primeros partidos el combinado patrio no era ni una caricatura del plantel que dejó el técnico Rafael Dudamel luego de su renuncia. EN LA goleada con Colombia de repente no se le puede echar toda la culpa a Peseiro, porque en honor a la verdad y en aras de la objetividad, este no tuvo tiempo de conocer a sus jugadores, se bajó del avión en su viaje desde Lisboa, pernoctó con sus dirigidos en suelo patrio y de allí viajaron a Barranquilla para enfrentar a un rival complicado y en una ciudad que por su climatología no es nada cómoda para enfrentar un partido. COMO COLOFÓN de este encuentro, poco o nada enseñó el conjunto nacional, se retrocedió a la década del 90, finales del siglo 20, las consabidas tundas que sufrían nuestras selecciones a nivel de la categoría de mayores. POCO O nada se mejoró en el segundo partido en suelo patrio, estadio Metropolitano de Mérida, ante Paraguay, una segunda caída en fila, por la mínima diferencia. MUY DEFENSIVO el equipo nacional, sin ninguna propuesta ofensiva, timorato, con un planteamiento totalmente desconocido como actuaba la Vinotinto cuando jugaba en su reducto, tanto en la era de Richad Páez como cuando estuvieron en el banquillo César Farías y Rafael Dudamel. DE NUEVO las críticas a Peseiro, uno y mil interrogantes sobre el por qué no tener a su lado un asistente criollo, que como es lógico conoce el fútbol nacional y por ende la idiosincrasia del jugador venezolano. MANTUVO SU tesis Peseiro, fue reiterativo en las entrevistas que le hicieron en el sentido de que: “trabajo con gente de mi entera confianza”, en este caso de su misma nacionalidad, algo que no fue bien visto por los medios y por la propia fanaticada. SE VENÍA el tercer partido, contra el coloso Brasil, rival que jamás ha perdido de local en una eliminatoria sudamericana de cara a un Campeonato Mundial y en condición de visitante. SE ESPERABA lo peor, otra goleada, de repente superior a lo que se vivió en Barranquilla, con la única alternativa de jugar a la defensiva de principio a fin, a lo largo de los 90 minutos. TUVO TIEMPO el técnico Peseiro de conocer más a sus jugadores, logró varios entrenamientos antes del viaje a Sao Paulo; y contra todos los pronósticos, callando a tirios y troyanos, si bien es cierto se perdió por la mínima diferencia, no fue sino hasta cercano al final del compromiso cuando la selección amazónica pudo traspasar el buen sistema defensivo enseñado por Venezuela y pudo anotar el solitario tanto del triunfo, en lo que fue el único parpadeo del cuarteto posterior, que para ese momento ya adolecía de sus dos laterales titulares Roberto Rosales y Rolf Feltscher que salieron lesionados; estuvo a punto de lograr el empate, hizo méritos para esta premisa de acuerdo a lo observado a lo largo del partido. ES VERDAD que el técnico Tite no contó con varias de sus principales figuras, entre ellas Neymar Junior, pero en el siguiente partido ante Uruguay, de visitante y sin los mismos jugadores, se impuso a la selección “celeste” por 0-2, que le da méritos al técnico portugués en cuando lo hecho en el estadio Morumbí. UNA LUZ de esperanza, al menos se estaba dando un paso muy importante en la parte de atrás, donde el equipo no había podido lograr un buen funcionamiento. PERO SIN la presencia de Rosales y Feltscher para medirse a Chile, la bestia negra de Venezuela, nunca se le había ganado de local, seis derrotas y un empate, pocos le auguraban un resultado positivo al equipo nacional.
****************************************************** PERO AQUÍ HAY que reiterar lo escrito arriba, el diálogo, el cada quien exponer sus razones, terminó siendo el camino del éxito. PESEIRO DE un sistema netamente defensivo pasó a lo ofensivo, conociendo y consiente que la selección cuenta con jugadores de poder para ir en busca de la arquería contraria, de allí que desde el primer minuto se notó la propuesta de la selección anfitriona, que incluso sorprendió al técnico colombiano Reinaldo Rueda al mando de los chilenos, no esperaban esta faceta del contrario después de los mostrado en los juegos anteriores. NO DESENTONÓ la Vinotinto en ninguna de sus líneas, que en lo particular y aquí hay coincidencias con otros medios y aficionados, Venezuela jugó uno de sus mejores partidos de las últimas eliminatorias, incluyendo la era de los técnicos Páez, Farías y Dudamel. JUGÓ PARA una calificación de 8 sobre 10, que de repente un tanto tacaño, porque si bien es cierto la roja chilena empató muy rápido ante una desatención de la defensiva nacional, los muchachos lejos de recular, por el contrario siguieron con la misma actitud, tuteándose, incluso faltándose al respeto después de ver el túnel que le hizo Herrera a Vidal, que a propósito mantuvieron un duelo a lo largo de los 90 minutos reglamentarios y el tiempo de reposición. FUE INTELIGENTE Peseiro, aguantó a Salomón Rondón a pesar que estaba extenuado, conocedor que los goleadores así hayan pasado desapercibidos todo el partido, en cualquier momento pueden enviar el balón al fondo de la red. Y EFECTIVAMENTE, cuando más necesitaba el combinado nacional del hombre que anotara el tanto de irse arriba, el 2-1 que pusiera al equipo arriba en el marcador, apareció el ángel salvador, el ariete, el goleador histórico, esta vez con la franja de capitán, quien luego de una jugada que inició Darwin Machís de gran actuación, le puso el balón a Yeferson Soteldo por el sector derecho y este haciendo el mismo fútbol que practica con su club Santos en Brasil, se descolgó, metió el centro matemático y Rondón QUE venía ingresando por el centro, le ganó al central y punteó la pelota para el 2-1 y el delirio de millones de venezolanos que veían el partido a través de la pantalla chica. TRIUNFO HISTÓRICO, jamás se le había podido ganar a Chile, se escaló un puesto en la tabla, del noveno se subió al octavo con 3 unidades, primera victoria en la eliminatoria. SE VIENE Ecuador en la quinta jornada en marzo, de local, un rival aquilatado que el martes goleó por 6-1 a la desconocida Colombia. TIENE MUCHO más tiempo el señor Peseiro para afinar sus piezas, pero con una gran disyuntiva para conformar el once titular después de la excelente actuación del equipo que abrió ante Chile, específicamente lo relativo a los laterales González y Mago, quienes tuvieron un excelente trabajo, lo mismo que Herrera en el sector medular. VOLVERÁN a la titularidad Roberto Rosales, Rolf Felstcher y Tomás Rincón o simplemente el técnico Peseiro aplicará la tesis de que equipo ganador hay que dejarlo intacto para el próximo encuentro. SIN DUDA una papa caliente para el míster portugués y muy bueno para la selección, pues con esto se demuestra que los jugadores están claros en lo que quieren, su gran objetivo es Catar 2022, un sueño que no se ha podido hacer realidad luego de 90 años de haber nacido la Copa Mundo de Fútbol, en 1930, teniendo como sede a la pequeña República del Uruguay.