“El sector construcción tiene una contracción del 97 %, no solo en el estado Táchira sino en todo el país. Cayó a niveles nunca vistos en el mundo”, estimó Alberto Maldonado, presidente de la Federación de Trabajadores del estado Táchira, Fetratáchira.
Según sus números, hoy escasamente quedan 10 mil trabajadores en el país, de casi dos millones activos que había antes.
“En el sector público, que es el más invierte en infraestructura en la nación, hoy su inversión es cero. No existe hoy ninguna obra, ni a nivel local, regional o nacional, que se esté ejecutando en estos momentos”, aseguró.
Declaró que el sector privado tiene unos 10 mil trabajadores, dispersos por todo el país, en 335 municipios, o sea, unos 30 o 40 trabajadores por municipio. “Esta es una crisis nunca vista en el sector construcción”.
“La industria de la construcción reactiva todo el aparato productivo, pues de cada empleo se generan cinco; esto quiere decir que el 60 % de todo el empleo en la nación se genera cuando se reactiva este sector; el otro 40 % es manufactura, puertos, industria petrolera, pero todo está quebrado”, agregó el dirigente sindical.
“Es una crisis nunca vista, ni siquiera en los tiempos de Juan Vicente Gómez, la cual ha golpeado a los hogares con mayores necesidades en el país. La pobreza en estos momentos no es una razón, es la adjudicación de un sistema político que quebró completamente el aparato productivo”, dijo.
—Al quebrar las empresas -sostuvo- más de 2.500 industrias desaparecieron, han sido muchos los empleos que se han perdido, aunado a un movimiento sindical desvanecido.
Estimó que hay más de 10 millones de trabajadores, entre activos y pasivos, hablando de jueces, fiscales, pensionados, educadores, enfermeros, que ganan por debajo de diez dólares mensuales y esto muestra los índices de pobreza.
En tal sentido, argumentó que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) considera que el trabajador que tenga unos ingresos de dos dólares mensuales vive en pobreza extrema, y en Venezuela se gana, aproximadamente, 0.50 centavos de dólar, lo cual indica que son menos de dos dólares mensuales y esto se traduce en que “somos el país con la mano de obra más barata y pobre del planeta, y en la industria de la construcción este panorama es peor, porque si no hay inversión de la parte pública y privada, qué pueden hacer los albañiles, cabilleros, carpinteros, electricistas, plomeros, topógrafos, ayudantes; es decir, nada”. (Nancy Porras)