Sucesos

Familia de tachirense que murió en Margarita sospecha que la asesinaron y fingieron suicidio

26 de noviembre de 2020

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Para la familia de María Angélica Acosta Torres, de 27 años de edad, existen muchas inconsistencias en cuanto a las circunstancias que rodean la muerte de la tachirense, este domingo, en una residencia de Juan Griego, en la isla de Margarita, Nueva Esparta.
Aunque hasta el momento se maneja oficialmente como un suicidio, sus seres queridos residenciados en Bramón, municipio Junín, de donde era María Angélica y desde donde viajó en abril de este año hasta la isla venezolana, presumen que se trató de un homicidio y que quienes lo cometieron, simularon que se ahorcó.

Lourdes Torres, la afligida madre de la joven, relató que su hija estuvo sentimentalmente relacionada con una mujer, de nombre “María”, que conoció en Colombia, donde ambas estuvieron trabajando. Cuando ambas retornaron al país, cada una lo hizo a su estado de origen. María a Nueva Esparta y María Angélica al Táchira.

María Angélica Acosta Torres, estaba feliz por regresar pronto al Táchira, pero el domingo murió.
María Angélica Acosta Torres, estaba feliz por regresar pronto al Táchira, pero el domingo murió.

Desde comienzos de este año, María estuvo insistiéndole a María Angélica que se fuera a Margarita, para entre las dos, iniciar un negocio de venta de ropa, y así lo hizo, pese a que su madre le pidió que no lo hiciera. Pero todo parecía estar bien, por un tiempo.

Posteriormente, cuando la muchacha se comunicaba con su familia en Táchira, les confesaba, que estaba arrepentida de haberse ido, que estaba siendo humillada y sometida a otras vejaciones en la casa de su pareja, donde además viven otros familiares de María. Y que, además, que estaba desesperada por volver al Táchira.

“No estaba deprimida, estaba feliz”

Hace unos dos meses, les informó que la relación con María, había terminado, incluso se había mudado a casa de una amiga, y tenía todo listo para regresar a su casa, en Bramón, y que, por eso, estaba muy feliz. Anhelaba reencontrarse con su mamá y con sus sobrinos.

Pero este fin de semana murió en casa de su expareja. Según los presentes en el inmueble, se ahorcó en una habitación, aun cuando sus seres queridos sostienen que no tenía razones para hacerlo. “Ni estaba deprimida, como dice la chama esa”, agregó Lourdes.

De acuerdo a la información que le dieron a Lourdes, el sábado a las 9 de la noche, María llamó por teléfono a su hija, y le pidió que fuera a su casa para hablar, la cual está situada en la calle San Martín, sector El Palito, Juan Griego, y que a pesar que ya María Angélica estaba acostada, accedió a la insistente petición de la mujer, la cual le envió un taxi a buscarla. La acompañó la amiga, en cuya casa se estaba quedando.

Parte de la noche – le comentaron a Lourdes- al parecer transcurrió sin contratiempos.
“Mi hija al fin aceptó ir, ante la instancia de ella. Y como mi hija tenía allá un poco de ropa, todavía, entonces fue. Estaban compartiendo entre todos ahí, cuando de repente, no sé a qué hora, María comenzó a tratarla mal, porque mi hija le dijo que ya no quería más nada con ella. Que le dijo que había ido por la ropa más nada y que, en unos días se venía para donde la familia. Y la chama la trató todavía peor. Los demás también comenzaron a tratarla mal, la corrieron de la casa y le sacaron hasta la puerta, la ropa que aún tenía ahí”, le contó la amiga, a Lourdes.

“Entró a la casa, pero no regresó”

Ahí afuera -continuó Lourdes- se quedaron mi hija y la amiga, esperando a que la mamá de la amiga, fuera en un taxi a buscarlas, y a llevarles un bolso para que María Angélica metiera la ropa. En eso, no sé qué le dijo la chama (María), que mi hija de nuevo entró, pero no volvió a salir. Como no salía, la amiga entró a la casa. Los que estaban ahí, le dijeron que mi hija se había encerrado en una habitación y que se negaba a abrir la puerta.

En este punto, reflexiona Lourdes, se presentó una situación extraña, en cuanto al paradero de la llave de dicha puerta, puesto que la expareja y familiares dijeron que María Angélica había puesto el seguro de la puerta, desde el interior; en otras, dijeron que la llave siempre permanecía en la parte exterior, pero también manifestaron que estaba extraviada.

Lo cierto es que la amiga se las ingenió para abrir la puerta con un cuchillo, y al entrar, la hallaron sin vida. Su cuerpo yacía semiarrodillado, en el piso, con el extremo de una sábana alrededor del cuello y el otro extremo, atado a una viga del techo, que valga decir, es de considerable altura, de acuerdo a lo que le informaron a Lourdes.

De allí se deriva la otra sospecha de la familia de la tachirense, pues habría necesitado al menos una escalera o asistencia de otra persona, para poder colgar la sábana que, atada a otras, supuestamente utilizó para ahorcarse.

Aunque esto habría ocurrido a las 10 de la mañana del domingo, no fue sino hasta cerca de las 2 de la tarde, cuando el Cicpc fue notificado del hecho. El cadáver de María Angélica, lo movilizaron desde la habitación hasta la sala de la casa, por los familiares de María, añadió Lourdes.

“Mi hija era acuerpada, gordita; yo lo que creo es que la mataron y después fingieron que se había ahorcado. Ni subiéndose a la cama, ella hubiera podido amarrar la sábana a la viga. Y esa posición en la que la amiga dice que la encontró, más bien me hace pensar que, por el peso que tenía mi hija, no pudieron alzarla para colgarla. Y peor aún, cómo es posible que la misma María era quien quería retirar el cadáver de la morgue, sin ni siquiera hacerle la autopsia, dizque para sepultarla ellos allá. Ella ni siquiera me avisó lo que pasó, fue la amiga de mi hija, la que me lo informó”, añadió.

Espera justicia y solidaridad

Lourdes espera que se haga justicia por lo que ella sospecha, fue el homicidio de su hija. Aspira que el Cicpc analice la situación y se base en las evidencias y testimonios de los presentes, incluyendo a la amiga de víctima.

Mientras tanto, su mayor preocupación en este momento, es traer el cuerpo de María Angélica a su tierra natal, pero ella y su familia son de escasos recursos económicos y el costo del traslado, que cobran en divisas extranjeras, es para ellos inalcanzable; por ello hacen un llamado a la Gobernación del Táchira o a cualquier otro ente, así como a la solidaridad de los tachirenses, para que quien esté en disposición de colaborar, lo hagan contactándose a través del número telefónico: 04125802817. (Miriam Bustos)

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