Juan José Contreras
El deterioro de las carreteras en Venezuela es notable, y parte de la consecuencia directa es el impacto en el parque automotor. En un entorno además hiperinflacionario, el riesgo de caer en un bache y sufrir una avería significativa hace que el vehículo vaya a dar en el taller mecánico, solo para los propietarios que lo puedan costear.
En la avenida principal de Michelena se encuentra el taller automotor de Gustavo Rivas, una gran parte de sus clientes tienen algo en común: haber caído en un hueco en el asfalto que ha dañado sus vehículos. Y es que más allá de la causa que es la falta de mantenimiento de la vialidad, la consecuencia es el menoscabo en el patrimonio de las familias, el carro que aún pueden tener.
Consecuencias
“Se parten los espirales, los terminales, se echa a perder el cajetín de la dirección; a veces golpean y dañan la carrocería, porque si se sale un muñón se corre la rueda hacia atrás y le da al guarda barro y lo daña” explicó Gustavo Rivas refiriéndose a parte de las averías que ha visto en su taller a causa de caer en un hueco de la carretera.
El mecánico comentó que algo grave es el daño del chasis, que es un elemento que no se puede arreglar, ni los espirales rotos, “los rines es algo que tampoco tiene arreglo, además, con la hiperinflación, hay personas que paran los carros y hasta los rematan” describió Rivas y completó con un caso que tiene allí mismo en su taller: “Aquel carro cayó en un hueco y se volteó, se le dobló el techo, se le rompieron los vidrios y rines. El dueño no tenía los medios para arreglarlo y le tocó venderlo”, solo queda una estructura que se ha ido desmantelando.
El tren delantero sale muy afectado, y es que únicamente no se trata de los huecos, hay pliegues en el asfalto, de Michelena hacia Lobatera es una característica de la vía, “Esas ondas en la carretera impactan en los amortiguadores y partes de la carrocería porque el carro se desajusta poco a poco, como las puertas, los guardabarros…, porque todo ese golpeteo va aflojando partes, un ejemplo son las gomas, se van echando a perder” dijo Gustavo Rivas.
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Imposibilidad
Jesús Molina es mecánico en el taller de Gustavo Rivas, por años ha visto y atendido muchos de los problemas derivados de los huecos de las carreteras en los carros, pero ahora hay un inconveniente adicional para la gente: la imposibilidad de arreglar sus vehículos por la precaria situación financiera.
“La situación económica del país que se vive ahora es difícil, antes nosotros antes estábamos full en el taller, trabajábamos con el portón cerrado porque no podíamos recibir más carros; ahora son pocos los que llegan, la gente tiene es lo de subsistir, el dinero del día a día la comida” comentó Molina.
El dedicado mecánico Jesús Molina mencionó sobre casos de clientes que venden cosas de su casa para poder costear el arreglo del carro. “También a veces quedan repuestos buenos de segunda mano, y vienen a preguntar por ellos, porque no pueden pagar piezas nuevas”.
Molina considera que el tamaño del daño en el carro marca la imposibilidad de su arreglo para los dueños, en materia de costos: “Algunas cosas se tratan pues no pasan de una la pérdida de alineación en algunos casos, pero como ya no se habla de huequitos en las calles sino de cráteres, en el caso de que se comprometa el chasis, o algo como que se rompa la base de la caja, hablamos de que se bota el aceite del motor o algo peor, y así es muy difícil costear el arreglo porque es mucho dinero”.
Ya es una tragedia la realidad de las calles y carreteras venezolanas, y el daño no se queda en esa infraestructura, sino que golpea los bienes de los venezolanos que aún conservan un carro. La precaución es la consigna, aunque con la limitación en el suministro de la gasolina los embotellamientos pasaron a ser cosa del pasado, las vías despejadas parecen dan maniobrabilidad en el entramado de averías viales para los afligidos conductores.