Con toda propiedad, Jacinto Cuevas sabe del descuido en el saneamiento de La Zorquera, pues él mismo, como funcionario de Protección Civil, participó en las últimas labores que se hicieron, de eso hace más de 15 años.
—Mientras no se le haga mantenimiento -aseveró Cuevas-, ¿qué es lo que hace una quebrada? Pues hacer represa, donde se acumulan los escombros, por culpa de nosotros mismos. No digamos que lo sucedido ha sido culpa de la naturaleza, esto es por culpa de los mismos gobernantes, que no acudieron a tiempo a resolver este problema. Es necesario prevenir para evitar mayores consecuencias en el futuro.
Sobre la limpieza que se hizo a la quebrada, contó que partió de Peribeca y fue gracias a una máquina que se pudo gestionar con el gobierno regional de turno. Algo similar, como informaron otros vecinos del sector, se hizo durante el periodo de Pérez Vivas, 10 años atrás.
—Una vez -continúo- que tuvimos una reunión con el alcalde y un diputado, les dije: “ustedes saben que el problema de la quebrada no es solo que le tiren una bolsita de basura, sino los palos que quedan atravesados en los puentes, o lo que bota la gente inconsciente, como cauchos de gandolas, artefactos eléctricos, hierros; todo eso es lo que tranca. Esos puentes estaban demasiados tapados.
Admite que al grado de contaminación de la quebrada también contribuye la ciudadanía, a la cual hasta el cansancio le ha recordado su irresponsabilidad. Pero también reconoce lo deficiente del servicio del aseo, que de pasar dos días a la semana, ahora brilla por su ausencia.
Mientras a la quebrada no se le haga un mantenimiento por donde va a salir, ella busca por dónde reventar. El agua no perdona.
—Aquí pasaba el aseo, el martes y el viernes, y la recolección era permanente, ahora pasa una vez cada año. Aquí hay gente inconsciente, que llega y bota todo a la quebrada, y yo me cansé de decirle y reclamarle: “mire, no hagan eso; lo que tú haces arriba (de la corriente), perjudica al de abajo”.
Freddy Omar Durán