La familia, cada año, busca una temática para construir el nacimiento

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Jonathan Maldonado

Durante años, la familia Prato Rincón, en San Antonio del Táchira, se guía por la inspiración de su madre, la señora Carmen de Prato, quien con gran devoción y fe se encomienda a Dios y a la Virgen para que le den la sabiduría a la hora de escoger con cuál temática se engalanará nuevamente al Niño Jesús.

Aunque el trabajo es arduo para la familia, sobresale la satisfacción del deber cumplido, de una tradición que, pese a la pandemia, los sigue uniendo en torno a una creencia que se manifiesta en Navidad con la construcción del pesebre. En esta oportunidad, la idea giró alrededor del Santuario de la Virgen de Lourdes, ubicado en Francia, Europa.

Para ello, fueron usando materiales reciclables, siempre bajo la batuta de la señora Carmen, quien va dando las instrucciones. Lisbeth Niño, nieta, es la encargada de diseñar gran parte del nacimiento, el cual se convierte en una obra de arte, digno de ser admirado por los curiosos. El virus, en esta ocasión, limitará las visitas al hogar, ubicado en el barrio Simón Bolívar.

Arbolitos de cocotero y tártagos son parte de los elementos decorativos del pesebre. “Todos los mediodías rezamos el santo Rosario, me gusta mucho porque es muy lindo rezar con la Virgen”, aseguró la matrona del hogar, en compañía de sus hijos.

“Yo le pregunté a la Virgen cómo quería el pesebre de su Hijo, del Niño Jesús. Le dije, Madre, dame permiso de que nosotros hagamos el santo pesebre en nuestra casa, inspirados en el Santuario de Lourdes, y así fue”, prosiguió la dama.

Tiempo y dedicación

Ya con la idea en mente, la familia empieza, desde octubre, o antes, a hacerla realidad. Todos van poniendo su grano de arena, van engranando los materiales conseguidos hasta obtener la obra final.

En la casa, se han construido el Santo Ángel, la ciudadela Inca Machu Picchu, el Gran Cañón, en otros temas. En 2019 erigieron el Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Las Lajas, ubicado en Colombia.