Tiempos de guerra y el fin de la humanidad
22 de noviembre de 2024
Pedro A. Parra P.
Es importante no dejar atrás, cuando se van a escribir unas líneas, la combinación entre lo académico y lo espiritual, cuando existe un interés de enfocar mensajes transformadores de personajes como Jesús de Nazaret, Mahatma Gandhi, Nelson Mandela, Buda, Sócrates, entre otros grandes líderes del pasado y del presente, que han llenado con su sabiduría a toda una humanidad. Nuestra sociedad está enfrentando una grave crisis de liderazgo, que está aquejando a grandes y pequeñas empresas, a la familia, al colectivo y a los países que integran la mayoría de las comunidades del mundo. La fuerza del liderazgo ha decaído notablemente.
La tarea de guiar a otros hombres, de señalarles el camino, no es una empresa fácil. No se trata únicamente de emitir órdenes bajo las cuales los subordinados se tienen que regir, sino de desarrollar el arte de delegar en los demás la tarea de hacerse a sí mismos.
En Venezuela, estamos rodeados no de líderes, sino de dirigentes todos con pie de barro; vale decir, que por muy gigantes o colosos que parezcan, sus pies son de barro; no tienen ideas originales, solo rehacen planteamientos de otras personas, haciéndolos suyos; reinventores de la nada con el único objetivo de sentirse bien y parecer ocupados; no dan la cara, camuflados en la desidia general y mimetizados con otros que esperan el final del naufragio; están completamente desorientados, y son incapaces de percibir la realidad tal cual es; se contradicen y mantienen a sus dirigidos en ascuas, sin saber qué hacer, dando a veces orientaciones que, antes que orientar, desorientan y causan una gran decepción en aquellos que esperaban de él una directriz, una decisión que terminara de cumplir los efectos que de aquel esfuerzo se esperaba.
Buscamos a alguien que motive y aglutine; que no se rodee de mediocres para disimular su propia incapacidad; que sean justos y equilibrados en sus decisiones, para poderse ganar la confianza del país; que no claudique ante los momentos difíciles; que no tenga miedo, ya que él, aparentemente, se resteó con aquello que dijo que iba a realizar; que sea directo y claro, y que tenga la hidalguía de asumir con valentía las responsabilidades a las cuales se comprometió; un líder, ahora sí, que sea versátil y con capacidad para proyectar su carisma y demostrar sus conocimientos y el don de la estrategia.
Reto a Venezuela, a que me ayude a buscar ese líder que tenga la capacidad de dirigir a nuestro pueblo en la conquista de su libertad; que no nos engañe más; que se haga más fuerte cada vez más; que sepa hacer uso de su sentido común; que se sepa adaptar a las diferentes situaciones que se le presenten en el transcurrir de su misión; que se comprometa con su gente de manera clara y leal; que sepa cómo influenciar, relajar, entretener, motivar, animar, respaldar, corregir o hacer que la gente acepte que hay cosas que no se pueden cambiar; que no aproveche su posición para fines egoístas; que no coaccione o chantajee, y que no se deje coaccionar ni chantajear; que sepa invitar a seguirlo, que hable, confronte y detenga a quienes están actuando mal a su alrededor.
Sí, en nuestro país necesitamos un líder que sepa demostrar el poder que se le ha otorgado; que no exija privilegios; que no desmotive; que sepa establecer prioridades y las respete; que sepa reducir la brecha entre líder y seguidor, motivando a cada miembro del grupo a tomar parte de la toma de decisiones o a dar su opinión sin temores o dependencia; que sea astuto e inteligente para poder enfrentar muchas situaciones inesperadas; que sea amigo y sepa abrir caminos para que sus seguidores tengan fe y esperanza en que les va a solucionar sus problemas; que motive sus logros y corrija sus errores.
El liderazgo es como las rocas inaccesibles, de todas formas, las águilas pueden llegar ahí, pero también las serpientes, y hay que tener cuidado; además, el liderazgo viene del corazón y solo, sí, solo, puede ser inspirado. Un buen líder debe estar listo para todo.
Hermanos venezolanos, amigos todos, sí, me perdonan, pero tenemos la necesidad de encontrar “Un líder sin pies de barro”, que definitivamente se dé cuenta de que “Es un hoy sin vuelta atrás”. ¡Cómo se ha degradado el liderazgo en Venezuela y el mundo!
* Profesor.
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