Internacional
Trump presionado a renunciar o enfrentar otro juicio político
8 de enero de 2021
La presidencia de Donald Trump estaba al borde del colapso el viernes, dos días después de la toma del Capitolio alentada por el mandatario en busca de revertir su derrota electoral, que dejó cinco muertos y ha conmocionado a Estados Unidos y al mundo.
En el fin de su tumultuoso mandato, el presidente republicano es acusado de haber socavado las instituciones democráticas al incitar a una «insurrección», y crecen los pedidos para que deje anticipadamente el poder, que deberá entregar el 20 de enero al demócrata Joe Biden.
La presidenta de la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, Nancy Pelosi, advirtió que el Congreso actuará si Trump no renuncia, tras informar que discutió con un alto jefe militar formas de asegurarse de que el mandatario no use códigos nucleares del arsenal de la nación.
«Esta mañana hablé con el presidente del Estado Mayor Conjunto, Mark Milley, para analizar las precauciones disponibles para evitar que un presidente inestable inicie hostilidades militares o acceda a los códigos de lanzamiento y ordene un ataque nuclear», dijo en un texto.
«La situación con este presidente desequilibrado no podría ser más peligrosa», prosiguió, prometiendo que el Congreso tomará «medidas» si Trump «no deja el cargo de manera inminente y voluntaria».
El Departamento de Justicia anunció en tanto que procesó a 15 personas involucradas en el asalto al Capitolio, incluido un hombre acusado de haber fabricado bombas caseras.
Varios sospechosos fueron arrestados, incluido un hombre que tenía 11 cócteles Molotov en su camioneta, y otro que invadió la oficina de Pelosi, señalaron las autoridades.
Las banderas del Capitolio, templo de la democracia estadounidense, fueron izadas el viernes a media asta tras el deceso de un policía durante la irrupción de la turba trumpista.
Una veterana de la Fuerza Aérea y ferviente partidaria de Trump murió por disparos de un policía dentro del edificio y otros tres simpatizantes de Trump perecieron por «emergencias médicas».
«Fue uno de los días más oscuros de la historia de nuestra nación», deploró Biden el jueves desde su bastión en Wilmington, describiendo lo ocurrido como «la culminación» del «implacable ataque» de Trump a la democracia durante los últimos cuatro años.
Ausente en la investidura
Cada vez más aislado, Trump, que desde hace dos meses denuncia sin pruebas que le robaron la reelección, anunció en un lacónico tuit que no asistirá a la ceremonia de investidura de Biden.
Desde 1869, cuando Andrew Johnson decidió no asistir a la toma de posesión de Ulysses Grant, a quien detestaba, un presidente estadounidense saliente no se ha perdido la toma de posesión del líder entrante, una ceremonia que simboliza la transferencia pacífica del poder.
Trump reconoció finalmente el jueves que su periodo está finalizando, luego de que el Congreso certificara en la madrugada, horas después de los disturbios, la victoria de Biden en las elecciones del 3 de noviembre. Y, aunque no admitió explícitamente el triunfo de su rival, se comprometió a asegurar una transición «tranquila, ordenada y sin problemas».
En un mensaje en video, se dijo «escandalizado» por la violencia desatada por sus seguidores. Pero no asumió ninguna responsabilidad en lo ocurrido, a pesar de que él mismo arengó el miércoles a sus simpatizantes a marchar hacia el Congreso.
La secretaria de Educación, Betsy DeVos, segunda integrante del gabinete en renunciar luego de la titular de Transporte, Elaine Chao, le dijo a Trump en una carta que su comportamiento era «inadmisible».
Según los medios estadounidenses, la única razón por la que no ha habido más dimisiones es la decisión de altos funcionarios de tratar de mantener la estabilidad durante la transición.
«Solo dividirá más»
Los demócratas en la Cámara de Representantes, que ya sometieron en 2019 a Trump a un juicio político del que fue absuelto en el Senado de mayoría republicana, dijeron que podrían tener lista para votación una segunda acusación del presidente la próxima semana.
«Podemos actuar muy rápidamente cuando queremos», aseguró a CNN la congresista Katherine Clark.
El jefe de la minoría republicana en la Cámara baja, Kevin McCarthy, rechazó la medida, advirtiendo que aumentaría la polarización.
«Someter a un proceso de destitución al presidente cuando restan solo 12 días para el fin de su mandato solo dividirá más a nuestro país», afirmó en una declaración, aunque consideró lo ocurrido como «inaceptable» y «antidemocrático».
McCarthy, uno de los legisladores leales a Trump más poderosos, dijo que contactó a Biden para «hablar con él sobre cómo debemos trabajar juntos para calmar los ánimos y unir al país para resolver los retos de Estados Unidos».
La acusación contra Trump, de prosperar, podría no avanzar en el Senado, que aún no cuenta con la mayoría demócrata que tendrá al asumir la vicepresidenta Kamala Harris y los dos flamantes senadores elegidos el martes en una histórica segunda vuelta en Georgia.
El senador Ben Sasse, un republicano que dijo que «definitivamente considerará» un juicio político, recomendó que Trump como mínimo dé un paso al costado y deje que el vicepresidente Mike Pence tome las riendas.
«Creo que cuanto menos haga el presidente durante los próximos 12 días, mejor», dijo a la radio NPR.
La poderosa central sindical AFL-CIO se sumó a un creciente coro de organizaciones empresariales y políticas que pedían la destitución inmediata de Trump.
Pence ha sido llamado a invocar la 25ª Enmienda de la Constitución, que permite destituir a un presidente que se considere no apto para el cargo, pero según reportes de prensa se opone a apelar a este mecanismo porque teme un aumento de las tensiones.
Para Jeh Johnson, exsecretario de Seguridad Interior, cualquiera que tenga un poco de influencia sobre Trump debería enviarle un mensaje sencillo: «Súbase al Air Force One, vaya a Mar-a-Lago y quédese allí».