ARCA: un relato de dolor y liberación en Teatro Bordes
9 de octubre de 2024
Cuando un anciano parte de este mundo, no solo se lleva un pedazo del corazón de aquellos que lo quisieron en vida, sino un pedazo de nuestra historia, de aquella que no se consignará en documentos oficiales, que tal vez navegue un poco más y sin la misma fidelidad en la memoria de algún familiar que se haya interesado en escucharlo; pero no por mucho tiempo más…
Por este motivo, Ramón Elvidio Pérez Parra y José Antonio Pulido unieron esfuerzos para llevar al formato de libro digital el testimonio y la andadura de Juan Vicente Pérez Mora, el hombre más longevo de Venezuela.
Al respecto, uno de sus autores, José Antonio Pulido, nos dice que tenemos la suerte de tener a don Vicente para que nos hable de su ascendiente de esclavos, de su sobrevivencia a la peste española, el covid-19 de principios de siglo, para recordarnos que la historia se construye sobre los mismos errores que no nos cansamos de repetir…
—El -comentó Pulido- gran fin de este libro es preservar la historia universal, en tanto el individuo es un universo. La historia del país se va contando a través de la historia de un hombre, que desde su memoria pasa por episodios claves como la Rebelión de los Comuneros, del Paso de Bolívar por La Grita, la Guerra Federal en El Cobre, y el éxodo interno que vivieron muchos tachirenses al ser objetos de la persecución política durante los tiempos de Castro y Gómez.
Un hombre sencillo, de campos, a quien tal vez las letras no se le avinieron para escribir de su propia pluma su historia, mismas que sí brotaron de su propia voz y que para ser reconstruidas necesitaron la cercanía de un familiar de alma literaria, y la metodología del historiador, porque, aunque parezca que en el fluir de lo dicho todo cobrara forma, basta con revisar lo ya registrado para vislumbrar la ardua labor que se avecina.
Se trata de un esfuerzo mancomunado de tejer dos laberintos: el primero, el más íntimo, a cargo de su sobrino-nieto, Ramón Elvidio Pérez Parra, quien se sobrepone sobre los ojos del personaje principal para contemplar su entorno y sus recuerdos; el segundo, el contextual, el detectivesco, el de José Antonio Pulido, quien aprovecha cada pista proporcionada por don Vicente para tomar una ruta que lo lleva hasta siglos atrás.
De esta manera, dos escritores establecen una alianza en una nueva manera de escribir la historia, al menos novedosa, dentro de la histografía tachirense, en la que el investigador deja de ser la voz privilegiada para contarnos lo que ha pasado, pues el objeto de estudio también está en derecho de tomar la palabra, y en la que la “figura de importancia” no es la única digna para que en su través el pasado se transparente.
Pues en el caso de Juan Vicente Mora Pérez, no se trata de un estadista, un militar, empresario o un religioso, esos ante los cuales la mayoría de cronistas rinden a sus pies las más bella retórica, sino de un humilde y sencillo hombre de campo, uno de esos que tanto los politiqueros, como los poetas y pintores, han exaltado y supuestamente reconocen como símbolos de la “tachiraneidad”, pero que en el fondo de esos discursos y representaciones encomiásticas no han pasado de ser oscuros y anónimos personajes.
Pero no solo el libro cuestiona -sin tono de algún ánimo polémico, pues el único argumento está en el peso de lo que allí se ha registrado- un modo de investigar y enunciar, sino también pone en solfa el desprecio de la sociedad por la ancianidad. Este es uno de los tópicos que toca en el prólogo Bernardo Zinger:
“¡Que nadie se llame a engaño! Don Vicente Pérez nos demuestra que ser viejo es convertirse en un libro viviente, un protagonista de las desventuras, pero también del pasado glorioso que se niega a desaparecer porque permanece anclado en su memoria, de la vida sencilla y del trabajo arduo desde sus ancestros. Este hombre nos deja la imagen del samán como metáfora apropiada para saber cómo disfrutar cada etapa de la vida, dejar de lado el lento declive a la incapacidad y más bien relucir las virtudes que los años llevan consigo y que ofrecen un “don” muy especial para crecer en lo trascendental de la vida. Y con el vino viejo brindamos por nuestro samán”
Este título hace parte de un gran esfuerzo editorial que se da desde la provincia denominado Biblioteca de Autores y Temas Riobobenses, siendo la obra que nos ocupa su noveno volumen, tras el rescate y proyección de aquellos escritores que viven bajo el refugio y la inspiración de las montañas tachirenses, en un formato que garantiza la más amplia de las difusiones.
—Ha sido un proyecto -aseveró el director de la colección José Antonio Pulido- para salvar una historia local, que a su vez se hace universal, bajo una categoría que podríamos denominar “glocal”, pues todo localismo esta empapado en la globalización imperante.
Freddy Omar Durán
Dinámica fluida por el puente Simón Bolívar
9 de octubre de 2024
