En el terminal una señora buscaba puesto en una unidad que la llevara a San Antonio, llevaba 3 lobos siberianos para venderlos, intención que no le fue fácil porque ningún chofer la quería llevar y trasladarlos ocultos era un tanto difícil.
En los últimos meses ha aumentado el “bachaqueo” en el estado Táchira. Todo producto es bueno para comprarlo, no importa el precio, y llevarlo en cuestión de horas a Colombia, situación que incomoda a los consumidores, los cuales sienten que con esta práctica, los productos escasean aún más y por lo tanto se encarecen.
La administradora de un conocido abasto de la ciudad precisó: “No sabemos qué hacer, todo absolutamente todo se lo quieren llevar, ahora no solo son los productos que se consiguen a precios asequibles, sino los caros, no les importa nada con tal de llevárselo al hermano país”.
En ese justo momento que hacía el comentario, se acercó un cliente y le preguntó “¿Qué precio tiene el Corn Flakes?” Y respondió: -26.000 pero debe llevarlo con una galleta-, propuesta que no le gustó; no obstante, luego de recorrer el establecimiento, comprar queso y leche líquida se dispuso a pagar; al momento de entregar la tarjeta, la cajera le dijo que podía llevar solo el Corn Flakes.
–Estamos condicionando la venta, porque hay muchos bachaqueros, quieren dejar todo limpio. Menos mal que conocemos algunos y les restringimos las compras, porque la idea es que los productos cubran las necesidades de varias personas y no de una sola, que lo que hace es llevarla para Colombia y venderla aprovechando la baja de bolívar.
Recordó que hace días había llegado un señor y quería llevarse ocho desinfectantes, con aroma a canela, y solo se le vendieron dos; pero apenas salió del abasto, llegaron dos jóvenes, un hombre y una mujer, y de inmediato se fueron al lugar donde estaba el producto, esto quiere decir que fueron mandados por el señor que había entrado antes.
–Se están llevando todo: velas, velones, la avena, las zucaritas, pilas, chocolates, cocosetes, Corn Flakes… de repente se quedan los anaqueles vacíos y la idea es venderles a todos los que necesitan los productos.
Desesperados pero claros hacia dónde iban, entraron dos motorizados a un conocido supermercado de la parte alta de San Cristóbal, mientras que otro aguardaba afuera con los respectivos morrales; ambos tomaron cinco bolsas de Nestum y con la misma prisa aguardaban para pagarlos en caja.
Mucha gente los miraba de manera discreta, estando claros cuál era el fin de la compra del Nestum, producto que en los últimos días al igual que el Cerelac ha tenido importantes aumentos, que lo hacen cada día más difícil de adquirir, sobre todo para quienes devengan un salario mínimo, a sabiendas que la presentación de 500 gramos tiene un costo de 42 mil bolívares.
Una vez adquirido el Nestum salieron del establecimiento, se repartieron junto con el otro motorizado que estaba afuera el producto, lo colocaron en cada uno de los morrales y en cuestión de segundos desaparecieron del local.
“La situación está muy difícil”, contó la señora Matilde Rojas, mientras esperaba con paciencia la atendieran en la peluquería: “Dos de mis hijos ya no están en el país, uno se fue para Chile y el segundo decidió probar suerte en Panamá, solo uno está conmigo y lleva cochino todos los días para Colombia, es negocio; no solo es la carne, todo lo pagan mejor en Colombia, esto nos permite comer más o menos, pero uno de sus hermanos lo está tentando para que se vaya del país”.
-Hasta la auyama se la están llevando para Cúcuta -comentó un señor que se trasladaba en una camioneta desde el Centro hasta Santa Ana-. Así no vamos nunca a salir de la crisis, el problema no es solo el Gobierno, sino la gente, nadie quiere trabajar, mire la cola de la gasolina ¿Usted cree que una gente que está trabajando puede amanecer en una cola? Dicen muchos que tienen hasta 20 horas esperando para adquirir gasolina, o sea no les importa para nada producir.
Hacían cola para pagar en un establecimiento ubicado en La Concordia tres jóvenes, todos no mayores de 22 años, entre los presentes despertaba la curiosidad porque todos llevaban los mismos productos, chocolates: Ovomaltina, Cocosete, Susy y Carré, pero no lo pedían por unidad sino por cajas, incluso pidieron a la cajera que trajera más del depósito, porque querían comprar todo el que había, hecho que impresionó a los demás consumidores que murmuraban ‘seguro van para Cúcuta’, porque es imposible comprarlos para consumirlos o venderlos aquí, porque son sumamente costosos, sus precios oscilan entre 12 mil y 20 bolívares, un Toronto hace dos meses costaba 6 mil; y las galletas Toddy, su precio es de 80 mil bolívares.
Con la tranquilidad del mundo un señor tomó una cesta y colocó todos los Baygon que estaban en los anaqueles de un abasto en La Concordia; de repente una señora dijo: “se llevaron todos los venenos”. El hombre la miró, tomó uno de la cesta que cargaba en sus manos y le dijo: “le doy pero uno solo” y la señora le preguntó: -¿Cuánto cuesta? -No sé, señora pero igual yo me lo llevo.
Es increíble todo lo que se llevan para Colombia. En el terminal había una señora que buscaba puesto en una unidad que la llevara a San Antonio, llevaba 3 lobos siberianos, para venderlos, intención que no le fue fácil porque ningún chofer la quería llevar, los cuales le respondían: -No, señora, apenas lleguemos a Peracal, nos paran y entonces la situación se complica para todos-, han comentado quienes observaron el hecho.
Nancy Porras