La parroquia Santa Lucía prosigue con su labor de recorrer las calles del municipio Junín para llevar alimentos a las personas que más lo necesitan. Niños y adultos se benefician con esta acción bienhechora. Es “la caricia de Dios”.
El presbítero Richard García y un equipo de servidores se dedican diariamente a preparar la comida que se reparte entre la población vulnerable; los sábados les corresponde a los niños y personas de la tercera edad, con quienes comparten un nutritivo desayuno.
Cada domingo, más de ochocientas personas acuden a recoger el almuerzo, consistente en un hervido; en orden y manteniendo las medidas de bioseguridad, hacen la fila para llenar los envases y consumirlo en sus hogares.
Asimismo, durante los demás días de la semana, la ayuda se extiende hasta las personas en situación de calle y todo el que lo requiere. También, en ocasiones, brindan su atención a los caminantes que se desplazan hasta la frontera.
Actividad solidaria
Como parte de las incontables actividades que cumple la parroquia Santa Lucía, está previsto realizar este sábado -30 de enero- una jornada con el propósito de recabar fondos para las quimioterapias de un familiar del sacerdote Luis Atuesta.
Para esta ocasión, a partir de las once de la mañana, ofrecerán a la venta el tradicional mondongo; quienes deseen colaborar y deleitarse con este plato de la cocina venezolana, pueden acercarse hasta la sede de la iglesia y llevar su envase.
De esta manera contribuyen con un paciente oncológico que requiere con urgencia realizarse el tratamiento para recuperar su salud.
Al respecto, el padre Richard García formuló una invitación a colaborar con esta causa y continuar ofreciendo su cooperación desinteresada en favor de los necesitados: “Después de celebrar la palabra de Dios, compartimos con los más vulnerables de la comunidad el alimento para el cuerpo. La comida es el amor de Dios hecho alimento para sus hijos”.
Norma Pérez