Deambulaba por las calles, rebuscando alimento y refugio, luego de que su “familia” decidiera deshacerse de él. Pero la casualidad y el amor se conjugaron para convertirlo en una celebridad mundial.
Objetivo predilecto de las cámaras de los medios más importantes, y las redes sociales, él asumió con toda naturalidad, propia de su estirpe, esa situación, pues ni se envaneció por el poder, ni sucumbió a la fama y a los halagos. No cambió de personalidad.
Y hoy, el mundo le rinde tributo: En su honor se celebra el Día Internacional del Gato.
Se trata de Socks (Calcetines), nombre que derivó de sus patitas blancas, como medias, que destacaban en su pelaje negro azabache. Fue rescatado de las calles por un grupo protector de animales que le brindó refugio, hasta que Chelsea, la hija de Bill y Hilary Clinton, visitó el refugio y se enamoró de él.
Socks fue adoptado por los Clinton en 1991, cuando Bill era gobernador de Arkansas. Electo presidente de Estados Unidos, Socks se fue con la familia a la Casa Blanca en 1993, donde se convirtió no solo en la mascota de la familia presidencial, sino también, como ocurre con todo gato, en el dueño de la Casa, paseándose por todos los ambientes y apareciéndose especialmente en los grandes actos y ruedas de prensa, cuando menos se esperaba, lo que lo hacía objetivo de las cámaras.
Socks, así dado a conocer por los medios de comunicación más importantes del mundo, se volvió tan popular que niños de todas partes lo adoraban, e incluso le escribían cartas.
Desafortunadamente, al famoso gato le diagnosticaron cáncer en la mandíbula, y no hubo más remedio que practicarle eutanasia, lo cual ocurrió el día 20 de febrero de 2009, cuando Socks tenía 20 años de edad.
En su recuerdo, cada 20 de febrero, desde 2010, se celebra el Día Internacional del Gato, con el propósito de tributar reconocimiento a estos animalitos de compañía, y de promover, además, la concienciación sobre la adopción para brindar hogar a los animales en abandono.
El amor hacia los gatos
La atracción por los gatos es un factor compartido por la mayoría de los humanos. Parece algo hipnótico. Algunos psicólogos indican que tener un gato nos hace sentir mejor, inspiran positivismo y nos cargan de energía. Se dice que son ariscos e independientes, pero quien tenga un gatito lo negará. Su carácter es diferente al del perro, pero igual son cariñosos y dan mucho amor.
Entre los beneficios de tener un gato, se cuentan el que demanda menos atención y cuidados; sirve de compañía cuando estás enfermo, pues no hay nada mejor que sentirlo acurrucadito a nuestro lado. Se dice que los enfermos que tienen animales de compañía sienten menos depresión y sufren menos estrés. Igualmente, son silenciosos, respetuosos, dulces y cariñosos. Es uno de los animales más limpios que hay, aprenden fácilmente dónde hacer sus necesidades.
El gato genera alegría y paz interior. Mejora nuestra salud, pues se ha comprobado que pueden reducir la tensión arterial, combatir el estrés y prevenir enfermedades cardíacas. Finalmente, son muy inteligentes, y pueden enseñarse como los perros.
Y… ¿de dónde vienen?
ADN encontrado en restos felinos arqueológicos, de entre 100 mil y 9 mil años, muestran que el gato desciende del gato salvaje africano, y que fue domesticado en Oriente Medio y Egipto, donde convivía con los primeros agricultores, hace unos 10 mil años. Esos gatos eran rayados, pues los gatos manchados aparecieron desde la Edad Media.
Aparentemente, en los cultivos de la época aparecían muchas ratas y otras alimañas, que eran alimento favorito de los gatos salvajes. Los agricultores se dieron cuenta de que la presencia de los mismos les beneficiaba, en cuanto a acabar con las plagas, por lo que empezaron a cuidarlos, a darles refugio, ayudarlos en su alimentación. Eso selló la amistad gatuna.
Los agricultores que migraron llevaron consigo al gato domesticado. Se extendieron por toda Europa y otros lugares a través del centro comercial que fue Egipto. Fue metido en los barcos, para luchar contra las plagas propias de las naves en largos viajes, y así llegaron al sudoeste de Asia, África y Europa.
Tres días para el gato
Los gatos también celebran su día el 8 de agosto y el 29 de octubre. Así, es Día del Gato el 8 de agosto, símbolo de la época de mayor fertilidad en el hemisferio norte. Fue el Fondo Internacional para el Bienestar Animal la institución que lo consolidó como fecha en el calendario.
Adicionalmente, el 29 de octubre es el Día Nacional del Gato en EE.UU., propuesto por Colleen Paige, experta en el comportamiento felino, para crear conciencia en la población sobre la cantidad de gatos abandonados en las calles de las grandes ciudades.
Sea en la fecha que sea, el Día Internacional del Gato, especialmente hoy, lo cierto es que es muy difícil resistirse al encanto de un minino, ya sea por su paz contagiosa, o por su constante intención de jugar.
Humberto Contreras