La legión de criollos que inicia la aventura en el béisbol de Grandes Ligas, en busca de mantenerse con ese trabajo y otros con la intención de llamar la atención, desempolvan sus macundales y se hacen presentes en los campos de entrenamientos.
Y es que en la última semana del mes de febrero, que actualmente transitamos, se abren las puertas en los campos de las ligas del Cactus y la Toronja. Llegan los jóvenes cargados de ilusiones, de sueños, y los veteranos solo a ratificar su nivel y la razón de haber recibido buenos contratos.
El cambo de equipos es una constante, no solo en el deporte de las cuatro esquinas, sino en muchos deportes de conjunto. Al concluir la temporada 2020, que entra al libro de récords por la serie de cambios que se pusieron en práctica, las gerencias de los clubes se movilizaron buscando las piezas que les hicieron falta, llevando y trayendo su material.
Uno de los últimos cambios se produce en el venezolano Asdrúbal Cabrera. Finalizó la temporada del 2020 y quedó libre, por lo que su contrato ha sido discutido y lo adquieren los Cascabeles de Arizona, un conjunto donde puede rendir para la causa de un equipo que viene en ascenso.
Esta semana es de mucho movimiento en los campos de entrenamientos. De acuerdo a la programación del cuerpo técnico de cada conjunto, los primeros en llegar han sido los lanzadores y receptores, mientras que en los días siguientes lo harán los jugadores de los jardines y del infield.
La cantidad de criollos que han viajado para reportarse a sus equipos debe pasar de los cien, y poco a poco irá en aumento, pese a que se trata de otra temporada difícil que se entorpece por la presencia del covid-19, que impide a muchos peloteros aventurarse a estar en los campos, sin por lo menos una conversación previa con los gerentes de equipos. (Gustavo Carrillo)