Favio Hernández
Dividida se encuentra la militancia del partido Acción Democrática (AD) en el municipio Junín, por ver quién se queda con la sede de Rubio, luego de que la semana pasada el diputado de la Asamblea Nacional (AN), Juan Carlos Palencia, abriese las puertas del lugar, amparado en el fallo del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), a favor del grupo que apoya a Bernabé Gutiérrez.
Palencia entró y cambió las cerraduras de la casa blanca en esa jurisdicción, cuyo resguardo estaba en manos de Jesús Sarmiento, exsecretario general del municipio Junín y quien permanece leal a la facción liderada por Henry Ramos Allup, y reclamó la sede en nombre de la legalidad concedida al partido por parte del máximo ente justiciero venezolano.
Al lugar llegó Sarmiento, acompañado del dirigente Heriberto Manrique y algunos representantes de la Juventud blanca, pero lo extraño es que en el momento hubo entendimiento, saludos de mano y hasta se le celebró el cumpleaños al parlamentario, alegría de tísico que no duró mucho, pues a los pocos días el bloque de Ramos Allup se volvió a apropiar de la estructura, lanzando amenazas contra quienes se atrevan a contradecirle, según relató Palencia.
Explicó el dirigente que una de las principales intenciones de abrir la sede es para restaurarla, pues es una estructura antigua, que «se está cayendo a pedazos» y necesita ser reparada.
«La casa estaba abandonada, ahí no sacamos a nadie», subrayó, al mismo tiempo en que dijo que la misma se encontraba cerrada desde julio del año pasado.
No obstante, el diputado anunció que esta semana volverán a la sede de Rubio, a tomar las instalaciones para uso de la institución, tal como lo ampara el fallo del TSJ, al mismo tiempo que aclaró no tener miedo a las supuestas amenazas recibidas por sus compañeros de partido.
Hay que destacar que, además de la sede de Junín, también se encuentran en manos de la fracción leal a Ramos Allup las casas de los municipios Jáuregui y Pedro María Ureña, y la de La Concordia en San Cristóbal.