Aunque ha sido un arte que por lo general en el Táchira no se proyecta más allá del espacio en que se genera, o se da a conocer entre unas cuantas personas, cercanas al mismo, este viernes, en la sede del Colegio de Abogados en La Concordia, se abre una vitrina para conocer la creación de los que por una circunstancia u otra han sido privados de libertad en los centros penitenciarios.
Esto ha sido posible por la iniciativa de la Organización Arriba Venezuela, consolidada por reclusos y familiares, dispuestos a sacar de la invisibilidad el arte penitenciario, reivindicándolo como forma de rehabilitación social y terapia para las duras condiciones que significa el presidio.
Como nos comenta Yetsika Tovar, se muestran 19 piezas a partir del trabajo en origami desarrollado por Jeremik Liuk Gaitán, recluido en el cuartel de prisiones de Politáchira, a partir de materiales de reciclaje.
—Este arte –comenta Tovar—permite que los privados de libertad manejen la ansiedad, la depresión y el ocio, dando paso a la distracción productiva y el desarrollo del ingenio, cuyos resultados al mismo tiempo les permiten un ingreso para sustentar sus necesidades de comida y medicinas. El arte les permite desenvolverse en un ambiente menos hostil, abrigando el compañerismo y trabajo en equipo, por un mismo objetivo. La imaginación no tiene barrotes, y pensamos que desarrollando este tipo de muestras se puede estimular al privado de libertad para que proyecte al mundo sus ideas y demuestre el aporte que ellos pueden brindar a la sociedad. (FOD)