Un joven obrero de 18 años se convirtió en la víctima del cuarto homicidio, en menos de dos semanas, con similar modus operandi y, quizás, perpetrado por los mismos autores, en la zona sur del estado Táchira.

Lo identificaron como Jhon Kleiver Ramírez Marín, quien trabajaba en una finca de San Joaquín de Navay, municipio Libertador, población en la que también vivía con su familia.

De acuerdo con lo que se pudo conocer, el sábado en la noche, Ramírez Marín estuvo compartiendo e ingiriendo licor con algunas amistades; y el domingo en la mañana se fue con su patrón a pescar en un río del mismo sector.

Cuando regresaban de la faena de pesca, a la altura de Caño Caballero, San Joaquín de Navay, los dos hombres, que se movilizaban en motocicleta, fueron interceptados por unos desconocidos armados, que también viajaban en moto.

De inmediato, bajo amenaza de muerte, los sujetos le ordenaron al muchacho que bajara de la moto y abordara otra, en la que iban los sujetos. Al patrón no le hicieron nada, resultó ileso, y le exigieron que se fuera, lo cual hizo sin preguntar nada.

Allí mismo, en Caño Caballero, vía a Campo Alegre, fue ajusticiado el jovencito. El cadáver lo localizaron a eso de las 3 de la tarde del mismo domingo.

La familia aún no alcanza a entender por qué le asesinaron, dijeron que el joven se dedicaba solo a sus labores de campo en la finca y a distraerse, como todo muchacho, cuando no trabajaba. Era el menor de dos hermanos, y vivía con su padre.

Hace poco más de dos semanas fueron ultimados dos hombres, y del homicidio de un tercero se conoció el sábado, cerca del balneario  La Azulita, sector de Piscurí, los tres al sur del estado Táchira. Los cadáveres los abandonaron en plena vía pública. Al igual que Ramírez Marín, todos previamente secuestrados por sujetos armados, de los que los habitantes de la zona tímidamente aseguran que son guerrilleros. (MB)