Carlos Orozco Carrero
Cuentan que se va a reactivar el turismo en nuestro Táchira. Nos alegra eso. En Uribante estamos esperando a los amigos visitantes. Rogamos a los gobiernos que acomoden las carreteras para llegar con bien a destino. Lo demás lo ponemos los chácaros. Contamos con una red de servicios de posadas para que los turistas disfruten de su permanencia en el pueblo más bello. Los paisajes más interesantes y una gastronomía de primera, para conocer y hacer del placer de viajar por nuestra tierra un evento para repetir y recomendar a los amigos que no han podido venir al encuentro con lo natural. Visítenos pronto para que toda su familia aproveche el sabor único de un currunchete o un cuchute recién hecho en nuestras cocinas uribantinas. Pregonero es bello, señores.
Clandestino Jiménez llegó de sopetón a la casa de Melquiades. Tenía tiempo sin aparecer por estos lados. -Creo que no venía desde que lo reclutaron hace años ya, comenta el gordo Sósimo, en voz baja. Habla con estilo caraqueño. A veces le sale una maracuchada y sorprende cuando mete la lengua entre los dientes y pronuncia las eses como margariteño. Nos alegra esta visita y esperamos sacar jugo a sus cuentos. Porque, eso sí, habla hasta por los codos. -Por qué le dicen clandestino, pregunta la señora Marucha. Después les cuento, nos dice Melquiades.
Encontrar al gordo Duarte en casa de Guiomar Caminos era un regalo divino. Reconfortaba escuchar a este par de viejos amigos en plena conversa sobre sus vivencias y recorridos por estas calles bucólicas de la San Cristóbal de sus tiempos de mozalbetes. Duarte atizaba a Guiomar para sacarle los episodios más notables de su juventud y hacer que uno imaginara tantas aventuras hermosas entre los comelones de una sobrebarriga doble con papas en guiso santandereano. Buenos amigos míos.
Defender familia y territorio es la orden primaria para cualquier animal que exista en este planeta hermoso. En días pasados, el ompayita principal de un juego de pelota realizado en el Centro Latino canto la voz de: – ¡Play Ball! El pitcher de nuestro equipo se disponía a hacer su primer envío, cuando vemos a Frank Márquez, el mejor jardinero central, saltando y lanzando guantazos por arriba de su cabeza. -¡Tiempo, tiempo, tiempo! Todos corrimos a ver qué le ocurría a nuestro center field. Dos garzas de color oscuro revoloteaban a su alrededor y lo amenazaban con aletazos y picos desenfrenados. Estas aves tenían su nidito y esperaban que dos huevitos dejaran salir a sus pichones. Los chamos se dedicaron a llevar el nido hasta el fondo del campo deportivo. Creo que ya las garzas están empollando de nuevo, y Frank seguirá haciendo jugadas de alta factura para alegría del público que lo va a ver en acción.
Las preguntas de Cosme en casa de Melquiades a veces tienen piquete “negao” para alborotar a Pulqueria y encalamocar a su amigazo del alma. – ¿Compadre, usted se enamoró alguna vez de la maestra? -Claro, compe. -Una vez me volví loco con la maestra de cuarto grado. Y, ¿qué pasó? -Bueno, mi esposa se dio cuenta y me tocó que dejar esos amores. Buej…
Todas las conversas que escuchamos en casa de mi estrambótica familia serán aderezadas con la mejor música para deleite de todos los amigos que quieran visitar a Melquiades y demás vecinos en su pernicia diaria. Dentro de poco tendremos sonido incorporado en la casa familiar para que nos visiten más seguido en el programa “Somos como Somos”. Lo van a disfrutar, amigos.