Regional
El pesebre: tradición que supera el problema económico del país
23 de diciembre de 2017
Llegó la Navidad y esta vez acompañada con el problema económico que envuelve a toda la población cuya mayoría no puede dejar de hacer el pesebre porque considera, sería como “un rechazo a Dios”, y porque hay que vivir en armonía esta época sin pensar en la crisis pues sería “como empavarse”.
De allí que muchos hicieron los belenes pequeños, medianos y grandes, tanto en el piso como ocupando una buena parte del principal salón de la casa, en un espacio de un multimueble o en una mesita de la sala, siempre intentando innovar, con las piezas del año pasado y las acumuladas de varios años que han sido bien empaquetadas, igual que las luces, que guardan con todo el amor del mundo pensando en colocarlas en la Navidad siguiente.
No obstante, los grandes pesebres que se promocionaban de boca en boca y cuya grandeza e importancia llegaban a los medios de comunicación, que los resaltaban, son pocos y principalmente se ven en las iglesias, como se observó en un recorrido por la del “Buen Pastor” de Puente Real, y San Juan Bautista de La Grita.
Tradición que se remonta al siglo XII
Y es que, comentó el padre Yoel Escalante, párroco de Puente Real, “el pesebre es una hermosa tradición cristiana que se remonta al siglo XII por iniciativa de San Francisco de Asis, quien en su carisma contemplativo, buscó plasmar la escena más bella y tierna de la salvación. Desde entonces, aquel hecho se convirtió en un medio de catequesis y de evangelización en todos los pueblos cristianos, llegando a convertirse en el signo más importante para la Navidad”.
Y es que dijo, los personajes del pesebre llevan a pensar “en cómo el Dios humanado viene a salvarnos y a enseñarnos a ser humildes y sencillos sin tanta prepotencia y ambición. El “Rey de Reyes” se anonada haciéndose el más pequeño”.
De allí que resalta, en Puente Real, al igual que en todos Los Andes venezolanos las familias hacen su pesebre y es una tarea de todos sus miembros. Los niños comprenden que la Virgen y San José son como su papá y su mamá, hombres de carne y hueso.
Eso sí, aclaró, “para el cristiano hacer el pesebre no es un acto de idolatría sino al contrario, un recurso para que los más sencillos e inocentes comprendan el misterio grande de la Salvación. Cada noche el sacerdote acompañado de los niños y de los jóvenes va de casa en casa cantando aguinaldo y bendiciendo a las familias que revistieron el pequeño Belén”.
Y es que en todo el estado, aunque sea cerca del nacimiento del Divino Niño, las familias hicieron el pesebre. “Porque pensé en no hacerlo pero, después me dije, no, porque sería como un rechazo a Dios” señaló Miriam Prato.
Y es que para la fecha, personas como Cecilia Márquez, de la urbanización Mérida, enfatizan que no pueden perder la tradición: “la navidad, el pesebre y la cenita, es la tradición del veinticuatro y eso no se va a perder nunca mientras haya gente, a pesar de la crisis, porque empezar a nombrar la situación de desastre que hay, sería como embrutecernos” –dijo, enseñando el pesebre y su casa decorada con los colores tradicionales de la temporada.
Y si de ambiente navideño se trata, Cándida Araque y su esposo muestran orgullosos el pesebre que vienen haciendo desde más de treinta años en la parte alta de La Castra. No pudieron comprar luces –advirtió- pero utilizaron las de años anteriores que guardan bien ordenadas.
La mejor época
Mariela Tolosa, indicó que toda la vida, desde los diez años, hacen pesebre. “es una tradición que nunca se olvida a pesar de la situación, no íbamos a hacer por cómo está la vida tan fuerte, pero ahí vamos poco a poco, eso es lo más importante, que tenemos la Navidad, que es época de reconciliación, de momentos de familia, de apoyarnos y pedirle mucho a Diosito para que nos ayude. Esto es lo más bello que existe en la vida, para mí la época más bonita es la navidad” –dijo, comentando que iban a cambiar las luces pero todavía no les ha llegado el presupuesto-.
“En casa hicimos pesebre por tradición, no le puedo quitar la ilusión a mi niña, fue la que se puso a arreglar y yo la apoyo. Lo hizo con el material de las navidades anteriores, que se cuida mucho, se resguarda bien, este año no se compró nada porque todo está muy costoso, se arreglaron las luces que se pudieron arreglar y las que no, pues no se utilizaron. Hicimos el arbolito, el pesebre, adornamos toda la casa por dentro y por fuera, con las luces que están buenas y las que se pudieron resolver” –apuntó Tulia Niño-.
Raquel Fuentes dijo que como desde hace cuarenta y dos años, cuando se casó que le regalaron un pesebre de caucho, hizo un belén sencillo, con arbolito, ovejas y luces”. “En casa lo pusimos por los niños, es algo que hay que hacer, es como faltarle a Dios” dijo Maritza Méndez.
Marina Sandoval Villamizar