Regional
Urge apertura de paso peatonal para niños que estudian en Cúcuta
9 de abril de 2021
Ante la proximidad del inicio de clases en el lado colombiano las autoridades de ambos países deben considerar la situación
Humberto Contreras
Ante la proximidad de la apertura del ciclo de clases escolares en el país vecino, las autoridades de ambos países deben proceder a finiquitar la apertura del paso peatonal, con la finalidad de permitir el tránsito de los niños venezolanos que estudian en Villa del Rosario y en Cúcuta.
Así lo señala el dirigente social y empresarial fronterizo José Rozo, expresidente de Fedecámaras Táchira, quien reseña que de acuerdo con las cifras oficiales de las autoridades educativas del departamento Norte de Santander, en los municipios fronterizos colombianos Villa del Rosario y Cúcuta, estudian cerca de 5 mil niños y adolescentes venezolanos, que son residentes de los municipios fronterizos venezolanos San Antonio del Táchira, Pedro María Ureña y los dos Capachos.
Actualmente, explica Rozo, lo están haciendo por las peligrosas trochas, y cuando se oficialice el inicio de las clases presenciales en Cúcuta, lo cual será muy pronto, se va acrecentar el tráfico peatonal de niños por esas vías, aumentando el riesgo que representa pasar por los pasos ilegales, donde pulula la delincuencia, además del peligro que representa pasar por las pasarelas o puentes rústicos hechos de tabla sobre el río Táchira.
— Creo que los niños, al igual que los ancianos, se merecen respeto y tratos preferenciales aquí y en cualquier parte del mundo, y deben excluirse de las diferencias políticas que puedan darse entre las capitales Caracas y Bogotá, dice Rozo.
Los niños, agrega el empresario, también expresidente de la Cámara de Comercio de San Antonio del Táchira, no tienen la culpa de lo que hacen los adultos. Los gobiernos deben ir hacia donde van los pueblos, y los pueblos fronterizos van hacia la integración cultural, educativa, económica y social, para fortalecer la seguridad, la legalidad, reducir la pobreza y engrandecer la convivencia en paz y la felicidad mutua.
Para eso fueron construidos los puentes internacionales, continúa, hoy cerrados y bloqueados con contenedores poniéndole una especie de muro a la legalidad y a la integración de los pueblos, pues los puentes simbolizan eso, la legalidad y la unión.
Concluye planteándole a las autoridades de cada lado de la frontera, concretar acciones pronto para facilitar el paso a los estudiantes venezolanos que reciben clase en las instituciones escolares del otro lado. El derecho de las cosas, dice, es ir de la ilegalidad a la legalidad y no lo contrario, como, para vergüenza de todos, actualmente viene ocurriendo.