Aunque con una moderada afluencia de pasajeros, el transporte público pudo operar esta semana con un horario restringido, que obligó en algunas líneas, antes de las dos de la tarde guardar sus unidades.
El acatamiento de parte de la población a la orden de confinamiento, la escasez de razones para cumplir diligencias lejos de sus hogares en medio día, o sencillamente la indisposición a gastar los pesos en varios viajes, son algunos de los factores que incidieron a la baja en el número de usuarios.
Si bien no hay unanimidad dentro de los representantes de las líneas sobre la demanda del servicio esta semana, si coinciden en agradecer que ya desde hace más de un mes vuelvan a las labores de medio día en las semanas restringidas.
Y es que todo depende de la ruta y las horas; sin embargo, aseguraron que en los mejores momentos de la jornada no se ha presentado sobrecupo, algo que previenen dentro de los compromisos asumidos con los poderes municipal y nacional en prevención del covid-19. En este sentido se les ha exigido a los pasajeros el correcto uso del tapabocas, y diariamente se desinfectan las unidades.
–La semana flexible casi está igual de pareja y floja en relación a la carga de pasajeros –afirmó Jairo Pérez, fiscal de la línea Romera Normal, sobre la carrera seis del centro-. Al día cada camioneta hace como cuatro viajes, cuando en otras buenas épocas se hacían hasta 10. Además en el centro, en semana restringida, hay mucho negocio cerrado y eso no anima a los viajeros.
El abastecimiento de combustible ha sido la mayor preocupación de los transportistas a la hora de laborar.
–Ha estado duro el abastecimiento de combustible –agregó— en la semana restringida está echando una vez las camionetas que están trabajando y en la flexible dos veces. El que puede echar gasoil un día puede venir a trabajar el siguiente—agregó Pérez
Freddy Omar Durán