Regional
“En el campo está la salvación económica, pero necesitamos apoyo”
12 de abril de 2021
Cada mañana, Luis Sierra monta su mesita en la calle 3, entre la principal de El Piñal y la carrera 1 bis, con el fin de ofrecer sus productos agrícolas: yuca, auyama, plátano, maíz.
“Es como si estuviera vendiendo a mis hijos, pues mi esposa y yo nos encargamos de la siembra, de fumigar cuando es necesario, de desmalezar, y cuando la cosecha está lista para sacarla a la venta. Es una empresa familiar, donde todos trabajamos”, cuenta el agricultor de 33 años.
Precisa que su conuco está ubicado en el parcelamiento “Mata de mango”, en la vía a la comunidad de la Isla de Betancourt, una zona rural del municipio Fernández Feo.
Cuenta que su jornada diaria de trabajo se divide en dos: en horas de la mañana vende sus productos en el citado punto de la capital fernandense, mientras que la tarde la dedica por entero a las labores propias del campo, que le son demandadas por los sembradíos.
Entre estas labores, destaca la fumigación de las plantas, lo que se realiza con el fin de exterminar las plagas que suelen atacarlas, pues si se descuidan pueden acabar con las cosechas, lo que perjudicaría el proceso y, por ende, la economía familiar.
“Para la fumigación utilizamos Gramonzón y el llamado ‘limpiamaiz’. El primero cuesta 20 mil pesos, y el segundo 30 mil. Por cosecha, invierto en ambos unos 300 mil pesos. Si en este caso tuviésemos más apoyo por parte del gobierno, ahorraríamos más y pudiéramos bajar los precios de venta de los productos al público”, sentencia.
En cuanto a este mismo tema de costos y gastos, Luis Sierra se refiere al combustible. En este particular, señala que semanalmente utiliza al menos 10 litros de gasolina para la guadaña, indispensable al momento de desmalezar y limpiar los cultivos.
“Además de los 10 litros de la guadaña, para la moto, que es mi medio de transporte y en donde además saco mis productos, son otros 10 litros. En total, cada semana debo comprar 20 litros. Como consecuencia de la escasez, debo adquirirla revendida, a un precio que oscila entre los 2.000 y 2.500 pesos, por lo menos”.
Para finalizar, Sierra comenta que a pesar de la situación crítica del país, se siente parte de la solución, como tantos campesinos que trabajan arduamente para que los pueblos y ciudades cuenten con productos frescos y de alto valor nutritivo.
“Somos parte de la solución, pues trabajamos todos los días para sacar adelante nuestros campos, pero también necesitamos ser valorados y que se nos brinde más apoyo técnico, de equipos e insumos”.
Raúl Márquez