Nancy Porras
En el Táchira pagan 156 mil pesos al ayudante y 196 mil pesos para el oficial, esto involucra al cabillero, plomero, albañil, carpintero, electricista, a la semana. Además les pagan prestaciones sociales, una semana por mes, así como la dotación y la póliza para poder cubrir los costos funerarios que se generen, si alguno de sus familiares fallece.
“Hay una tasa de desempleo del 99 % en el sector construcción, en toda la nación. En 16 estados no hay una obra del Estado, es decir, no hay inversión. La oferta y demanda inmobiliaria y los precios de la construcción se bajan a niveles nunca antes vistos. La inversión privada desaparece”, advirtió el presidente de Fetratáchira y secretario general del Sindicato de la Construcción, Alberto Maldonado.
—En Venezuela existían en las federaciones 2.5 millones de afiliados. Hoy escasamente hay 60 mil. Se han perdido –aproximadamente- 1.7 millones de empleos en la industria de la construcción— sentenció.
Sin embargo, se tiene que estar claro -dijo- en que cuando se habla de la industria de la construcción, se tiene que entender que cada trabajador genera 3 o 4 puestos de empleos indirectos, por lo que automáticamente se reactiva todo el aparato productivo, porque uno de los sectores que revitalizan la economía es la industria de la construcción, en cualquier país.
Porcentajes que preocupan…
“En Venezuela si el 99 % del desempleo está en la industria de la construcción, esto ubica la tasa de desempleo de la nación entre un 49 y 52 %, en todas las áreas”, sentenció Maldonado.
Al mismo tiempo, refirió que muchísimos trabajadores de la Administración pública han renunciado a sus puestos para irse a echar pico y pala en los campos, porque allí están pagando bien; por ejemplo, en el área metropolitana pagan entre 10 y 15 dólares el día.
“Entonces, la industria de la construcción está en estos momentos sumergida en el drama de no poderse impulsar, primero, porque es más fácil comprar que hacer; segundo, el Estado tiene más de tres años sin invertir en la reactivación de la industria de la construcción; tercero, el contrato colectivo se desvaneció; de hecho, en la mayoría de los estados del país, donde existe el 1 %, en el caso de Táchira, Caracas, Miranda, Carabobo y Lara, están pagando entre 60 y 70 dólares semanales a los trabajadores” , aseveró.
Caso Táchira
Al referirse al estado Táchira, indicó que se pagan 156 mil pesos al ayudante y 196 mil pesos para el oficial, y esto involucra al cabillero, plomero, albañil, carpintero, electricista. Aparte se pagan prestaciones sociales, una semana por mes, además de la dotación y la póliza para poder cubrir los costos funerarios que se generen, si alguno de sus familiares fallece.
—Estas son las tres cláusulas que en estos momentos se están aplicando en toda la nación para proteger a los trabajadores de la construcción, en el 1 % de empleo que hay— explicó.
—Estamos hablando de que casi 2,5 millones de trabajadores han desaparecido de la industria de la construcción— estimó el representante de Fetratáchira.
Apenas cinco obras…
En el Táchira hay solo cuatro o cinco obras. De cinco mil o seis mil trabajadores que se tenían activos, en este momento solo hay 60. Las obras están: una en La Concordia, donde se está haciendo un edificio para oficinas comerciales; en la Zona Industrial se construyen dos galpones; en Barrio Obrero se trabaja en una estructura metálica para un edificio de oficinas comerciales, y en Pirineos están haciendo un urbanismo para empezar a vender parcelas, especificó.
Precisó Alberto Maldonado que todas las obras son privadas, “no existe posibilidad de que sea el Estado, porque está quebrado, no tiene recursos para reactivar la industria de la construcción. Se necesita mucho dinero para poder reactivar, por lo menos, la recuperación de la vialidad de todo el estado, rescatar algunas obras de infraestructura que dejaron abandonadas y que se tienen que terminar, pero se necesita demasiado dinero”.
Bajos sueldos
Hizo referencia el presidente de Fetratáchira a que hoy día 7.5 millones de trabajadores de la Administración pública ganan 2 millones de bolívares, escasamente un dólar en estos momentos, que los ubica como los más pobres del mundo; igual la moneda venezolana, hecho que pone en riesgo la vida de los trabajadores.
“Estamos frente a una pandemia que generó el gobierno, de hambre y miseria, hacia la clase trabajadora; toda la industria petrolera está destruida, desmantelada, igual las empresas básicas, y no hay posibilidad de recuperarlas”, sentenció Maldonado.
Se tienen 4.5 millones de jubilados y pensionados cobrando menos de un dólar. “Se pueden imaginar el nivel de hambre que hoy vive la clase trabajadora, no solo la de la industria de la construcción, sino la de la Administración pública, es decir, se trata de una emergencia humana”.
“Todos los contratos colectivos desaparecieron del país, al igual que la Ley Orgánica del Trabajo; se acabó la retroactividad, las prestaciones sociales, y ese es el panorama de Venezuela, con un gobierno que en 20 años pulverizó los derechos fundamentales de los trabajadores”, concluyó.