AMABLES LECTORES, esta es la última columna del año que se nos va. Recordamos por ello, con la infinita tristeza de siempre, el fallecimiento hace 18 años de nuestro editor fundador José Rafael Cortés, acaecido el 31 de diciembre de 1999, que se cumplirá mañana domingo…PERO COMO ES usual, siempre tendemos a realizar un balance de los 365 días pasados, en donde la comida, las medicinas, el aseo urbano, el gas, la gasolina, el transporte, se convirtieron en los temas recurrentes de angustia y desesperación, tanto en el Táchira como en buena parte del país…PARA MUESTRA un botón: en la pasada Nochebuena se produjo un verdadero apagón navideño: un apagón de entusiasmo, un apagón de optimismo, un apagón de festejo en nuestras almas, además, por cierto, de los apagones permanentes con que nos castiga Corpoelec…Y PARA PONER la guinda en el coctel de necesidades, la ausencia del pernil prometido, tanto navideño como para la celebración del Año Nuevo, convertido en una quimera, en uno de esos sueños que nos hizo despertar sin ilusiones, falta que según el oficialismo se debió al sabotaje del Gobierno de Portugal…LOS PORTUGUESES acaban de responder que no han exportado un solo kilo de jamón al país por no ser de su competencia, sino que lo real es que la empresa que contrató con el Gobierno venezolano, Raporal, no envió el pedido debido a la deuda de unos 40 millones de euros (una pelusa) que la nación mantiene con esa productora de solicitudes contratadas anteriormente…ASÍ QUE PASAREMOS esperando las 12 campanadas sin lo necesario en la mesa para celebrar el advenimiento del 2018; muchos sin el gas necesario para la cocina; otros en colas por la gasolina; y otros más pensando en cómo trasladarse a su destino por la crisis del transporte, en donde hasta los taxistas se han convertido en ogros frente a sus usuarios…COMO SIEMPRE, el pueblo es el gran pagano, pues hasta el brindis saldrá tan costoso que se tendrá que hacer con mistela, la hallaca partida en dos, si es que la hay; el pan de jamón imposible de comprar a su precio, el panetón desaparecido, las uvas del tiempo por igual camino y hasta los triquitraquis encendidos casi que a escondidas…PERO SEGUIMOS siendo optimistas. Esperamos que se enderecen los entuertos; que se alivien las cargas, y que el venidero año 2018 nos depare tranquilidad espiritual, y que haya un verdadero propósito de enmienda en el manejo de la cosa pública, para no repetir la desgracia experimentada a la fecha, en donde los ingresos cada vez se convierten en agua que se va entre los dedos, pues no alcanzan ni para una buena cena, mucho menos para cumplir con el regalo tradicional. ¡Qué lástima!
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Y ESTO, es todo por hoy
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MENTIRAS Universales:
“El pavo y el pernil están deliciosos”
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DIOS los bendiga…¿Saben?
VÍCTOR MATOS