Norma Pérez
Las cifras que aporta Rafael Ángel Pérez, miembro fundador del Central de Beneficio, Productores Asociados de Café “Nancy”, apuntan a que la producción de este rubro en la parroquia Bramón del municipio Junín disminuyó vertiginosamente en los últimos años.
“La producción de café en la zona se redujo en un 93 por ciento; donde antes había cultivos, ahora solo hay pasto y maleza. Anteriormente, era un disfrute ver grandes extensiones de plantaciones, en flor o con el fruto; pero esto se perdió por la crisis que desde hace varios años afecta al país”, dice con un dejo de nostalgia quien vio épocas de mayor prosperidad.
Con su experiencia como gerente del Central por más de cuatro décadas y actual socio, después de retirarse del cargo, explica que de 138 afiliados, solo 48 están activos; incide la escasez de gasolina y de transporte. A esto se suma el problema de los insumos, como el caso del abono químico, que no se consigue a ningún precio, por lo que deben traerlo al Táchira desde Colombia y esto encarece los costos.
“En estos momentos solo hay café almacenado, a la espera de que los productores lo vendan; ellos aguardan por un mejor precio en el mercado. La producción es muy poca, aun cuando hay expectativa en que este año se obtenga una mejor cosecha.
El Central de Beneficio, ubicado en el sector La Pedregosa, fue fundado por “Alarcón Hermanos”, junto a empresarios alemanes. En 1968 lo adquieren 133 productores, liderados por Justo Concepción Pérez. Funciona con esta gestión desde hace 53 años y es el único de la zona que está vigente, porque los demás, incluyendo el del Gobierno, cerraron sus puertas.
“Aquí llegan –aproximadamente- 17 vehículos diariamente, pero con bultos pequeños, con muy poca cantidad, a diferencia de los tiempos de bonanza, en las décadas de los 80 y 90, cuando había una entrada de más de un centenar de cargas y los productores hacían cola de una noche y un día para ingresar el café”.
Otro aspecto, que considera Rafael Ángel Pérez influyó en la desaparición de muchos cafetales, es que más del 80 por ciento de la mano de obra que realizaba la recolección provenía de Colombia, pues les favorecía el cambio de moneda en ese momento. Ahora es todo lo contrario.
“La eliminación del Fondo Nacional del Café dejó al sector sin respaldo financiero, ni asistencia técnica. El Instituto de Crédito Agrícola, que apoyaba a los pequeños productores, también desapareció”.
A pesar de este escenario desalentador, hay productores que mantienen sus fincas y le apuestan a este rubro: “Generalmente, el periodo de cosecha es a partir del mes de octubre, cuando empieza la recolección. Hay quienes mantienen su tecnificación en las fincas y tratan de aumentar las cosechas, así como optimizar la calidad del grano”.
Estas iniciativas demuestran el esfuerzo de algunos caficultores del municipio Junín. El testimonio de su trabajo está en las plantas que crecen alineadas sobre la tierra. Por encima de las circunstancias adversas, volverán a florecer y a dar sus frutos.