Pedro A. Parra

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Que casi todas las Universidades estatales latinoamericanas tienen o un auditórium Carlos Marx o un pasillo Federico Engels o un monumento al Che Guevara o un aula Lenin.

Que se le haya cambiado el nombre a Venezuela.

Que se le haya cambiado la hora.

Que se haya cambiado la denominación a la moneda.

Que se le haya agregado una estrella más a la Bandera.

Que se hayan expropiado las cementeras, fincas, negocios de diferente índole, bienes de particulares y otros.

Que se hubiesen botado millones de bolívares en las Misiones.

Que se hayan sacado miles de técnicos de PDVSA.

Que se estén dando donaciones en petróleo y dólares a costa de nuestro Tesoro Nacional a Bolivia, Nicaragua, Cuba, Islas del Caribe, y hasta el inaudito pago de la deuda Argentina y el petróleo en Estados Unidos, en la zona de los de color.

Que estén los cubanos castro-comunistas en Registros, Notarías, Fuerzas Armadas y Organismos de Seguridad del Estado.

Que se haya llevado a la Educación al estado de postración en la cual se encuentra.

Que los niños de la calle estén hoy peor que nunca.

Que se desaparecieran como por arte de magia el dinero que se le dio a Jacqueline Farías para poder nadar y preparar sancochos en el río Guaire.

Que se apropiaran de los aparatos de los diferentes medios de comunicación social.

Que se desapareciera el maletín de Antonini en Argentina.

Que se estén despilfarrando tanto dinero para financiar los sueños y delirios de los Castro en Cuba.

Que existan todavía tantos presos políticos.

Que no se cumplieran con la calidad y cumplimiento de las normas de construcción en el Plan Vivienda.

Que no se construyera  el Eje Orinoco-Apure.

Qué desapareciera el proyecto de las Nuevas Ciudades Socialistas.

Que no se construyeran por los iraníes las Plantas de Cemento que se habían proyectado.

Que no se construyera la base aeroespacial de Guasdualito.

Que desapareciera el proyecto de la Fábrica de Cohetes Espaciales.

Que nunca se importaron los carros Kía y Hyundai desde Ecuador.

Que lo que estamos observando con el Arco Minero sea un verdadero desastre de corrupción y contrabando.

Que nunca se resolvió ni se resolverá los problemas limítrofes con Guyana.

Que los delitos de lesa humanidad y violación de Derechos Humanos continúan durmiendo el sueño eterno.

Que estamos frente a una anarquía absoluta donde cada quien hace lo que le da la real gana.

Que existen oscuros intereses en la prohibición de venta del café colombiano en el Estado Táchira.

Cuando esto se repite una y otra vez, eso no es casualidad, es estrategia, y lo que dan estos regímenes no es educación es adoctrinamiento, y la primera estupidez de nosotros es que buscamos y depositamos nuestra máquina de resolver problemas más útil y más productiva que es nuestro  cerebro, en las personas que están menos interesadas en educarnos, ya desde ahí vamos mal ya que estamos depositando nuestra máquina de creación de riquezas y de resolver problemas en los que están interesados en mantenernos estúpidos para que votemos por ellos, y continuar robándonos como lo han hecho hasta ahora, nuestra identidad, nuestra soberanía, nuestra libertad, nuestra democracia, nuestra seguridad, nuestros derechos, nuestros principios y valores, nuestra alma y nuestro espíritu.