LUEGO DE LA contundente derrota sufrida por Japón en la II Guerra Mundial, sus dirigentes civiles, ante la ocupación de su país por las tropas norteamericanas, decidieron levantarse de las cenizas, como el ave Fénix, dedicándose a reemprender su industria, destruida por el conflicto, para tratar de devolver el orgullo a los nacidos en el Sol Naciente…DE AHÍ QUE APLICARON la fórmula: “Poder Industrial + Poder Académico = Imperio Japonés”, y empezaron a imitar lo mejor que se fabricaba en el mundo, mejorarlo tecnológicamente y hacerlo masivamente para reducir sus precios…ASÍ, COPIARON los relojes suizos, los televisores holandeses, las cámaras fotográficas alemanas y hasta los automóviles norteamericanos, logrando copar el mercado internacional, hasta llegar, antes de fines del siglo pasado, a convertirse en la segunda potencia económica del mundo…PARA ELLO, exigieron al máximo la calidad de su educación, trocaron gerencia por conocimientos e hicieron que sus relojes Casio inundaran Europa y América; que sus televisores National dejaran aparte a los Phillips holandeses; que la Nikon se impusiera a las Hassenvalt alemanas para hacer fotografías; y lo impensable, que la Toyota vendiera más automóviles que los norteamericanos salidos de Detroit…Y MIENTRAS más solicitaban materias primas de los países subdesarrollados, su mercado se iba ampliando; sus profesionales se ubicaron a un nivel envidiable, y su industria puso a preocuparse al gigante norteamericano…LA GUERRA perdida no los hundió. Al contrario, los animó a dedicarse al trabajo, a la formación de sus nuevas generaciones y dejaron de lado la idolatría que le tenían a su emperador Hiroito, para imponerse al desarrollo, sobre todo europeo, que al ver el prestigio que alcanzaba Japón y los llamados “tigres asiáticos” se vieron obligados a unirse para contrarrestar el arrollador desarrollo de los nipones…PARA ENTONCES, desde la creación de la Organización de las Naciones Unidas, en 1947, el colonialismo europeo languidecía y las naciones subyugadas del África y Asia dejaban de depender de España, Alemania, Inglaterra, Francia, Holanda, Bélgica, entre otros, que tomaron rumbos distintos y acabaron con el yugo del Viejo Continente…AMÉRICA LATINA, lamentablemente no analizó, ni de lejos, el llamado “milagro japonés” y siguió sin rumbo en manos de fanáticos militares golpistas, de ambiciosos civiles, e hizo todo lo contrario de lo que impusiera el ejemplo nipón, pues se olvidó de la importancia de la educación, de la salud y de la justicia, y mucho menos aplicaron la fórmula del archipiélago, que en la actualidad se ubica como la tercera economía próspera a nivel mundial.

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Y ESTO, es todo por hoy

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MENTIRAS universales:

“Nuestra fórmula es única”

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DIOS los bendiga…¿Saben?

VÍCTOR MATOS