París, Francia (AFP) Los colombianos Juan Sebastián Cabal y Robert Farah volverán a disputar una semifinal de Roland Garros, tras haber ganado este martes su partido de cuartos frente al alemán Kevin Kravietz y el rumano Horia Tecau, en tres sets, por 6-2, 6-7(3-7) y 7-5.

Cabal y Farah dominaron el primer set, pero la pareja rival logró alargar el partido al tercer set, ganando el segundo en el ‹tie-break›, pero a los segundos cabezas de serie del torneo parisino no les tembló la mano para cerrar su clasificación para semifinales.

«Ha sido un partido ‹candela›», resumió Farah en conferencia de prensa, entre «dos equipos experimentados» y «ellos con un jugador (Kravietz) ganador acá los dos últimos años y que esta temporada lo estaba haciendo muy bien en ‹clay›».

«Primer set con marcador fácil pero no lo fue, porque la cancha estaba lenta, pocos puntos con el saque y había que trabajar mucho cada punto», analizó.

«Segundo set en el que no hay ‹breaks› y en el ‹tie break› lo afrontamos con buena mentalidad, pero a veces puede pasar (perderlo)».

«Y tercer set con ‹break› abajo; cambiamos el planteamiento, nos recuperamos y con 4-4 ya el partido se vuelve para cualquiera».

La dupla colombiana, una de las mejores del circuito y ganadora de dos ‹grandes› (Wimbledon y US Open en 2019), no conoce el triunfo en la arcilla parisina, ya que sus mejores actuaciones acabaron por ahora siempre en semifinales (2017, 2019 y 2020).

Cabal, no obstante, sí sabe lo que es jugar una final en París: fue en 2011, haciendo pareja con el argentino Eduardo Schwank y perdiendo frente al bielorruso Max Mimyi y el canadiense Daniel Nestor.

«Personalmente, me encantaría tener una final acá para poder tener una en cada uno de los Grand Slam, que pocos lo pueden decir», declaró Farah.

– Andújar y Martínez

por el otro cuadro –

Pese al título logrado en Barcelona, no estaba siendo una gran temporada en tierra (con derrotas en primera ronda en Madrid y Roma) para los colombianos, afectados por la crisis sanitaria.

“Es una temporada muy larga, sin poder volver a casa por las restricciones de los viajes, sin ver a la familia… todo se acumula y aunque físicamente estás en un torneo, mentalmente estás un poco ido”.