Ocho meses antes de perpetrar el atroz crimen de la adolescente Katiuska Baltazar, de 16 años, el autor del hecho fue detenido por funcionarios de Politáchira, adscritos a la Coordinación Policial Capacho, tras sorprenderlo en posesión de un arma de fuego.

Se desconoce qué ocurrió con el proceso judicial que se le adelantó por porte ilícito de arma de fuego, aunque posiblemente su condición de adolescente privó para que le dieran plena libertad o medida de presentación periódica ante el tribunal.

Lo cierto es que el 30 de octubre de 2020, exactamente 8 meses antes de asesinar a la adolescente, Jeison J., en ese momento de 17 años de edad, conocido como el Diablo, era considerado como un azote de barrio en los municipios Capacho Nuevo y Capacho Viejo, de acuerdo con la información policial, y fue capturado en el casco central de Capacho.

Las autoridades policiales habían recibido denuncias de que el Diablo cometía delitos como robos, hurtos y atracos en los dos Capachos.

La tarde de ese 30 de octubre, funcionarios adscritos a la Brigada Motorizada se encontraban realizando patrullaje preventivo en la zona comercial de Independencia, cuando durante el recorrido notaron la presencia de dos sujetos dialogando frente de la sede de Hidrosuroeste, uno de los cuales, al notar la presencia policial, emprendió veloz carrera hacia el interior de esa instalación; mientras que el otro fue intervenido policialmente, afuera.

Este último explicó a los uniformados que él era el vigilante de la empresa hídrica.

Pero, ante el hecho que el otro desconocido se evadiera, los policías, bajo autorización del vigilante y con todas las medidas de seguridad, ingresaron a la instalación y logran ubicarlo, escondido, detrás de unas bombas de agua.

Al acercarse los funcionarios, el desconocido reinició la huida, haciendo caso omiso a la voz de alto, para finalmente ser capturado dos cuadras más adelante.

Se trataba de Jeison, que en un intento por burlarse de las autoridades había ocultado un arma de fuego detrás de las bombas de agua, donde se había escondido inicialmente.

Era una pistola plateada, calibre 7.65mm, arma que junto al adolescente quedó a disposición de la Fiscalía del Ministerio Público.

Miriam Bustos