Reportajes y Especiales
En Deisy Castro prevalecen la fe y las ganas de vivir
12 de junio de 2021
A seis años de haber superado el cáncer de mama, esta joven mujer debe enfrentar una vez más un diagnóstico desfavorable, sin las mejores condiciones económicas, lo que ella asume con una actitud positiva y una gran fortaleza espiritual
Por Norma Pérez
El 21 diciembre de 2015, a Deisy Castro le diagnosticaron un adenocarcinoma ductal infiltrante en la mama izquierda. Tenía 28 años de edad, y una niña pequeña.
“Sentí que el mundo se me venía encima y solo pensaba en mi hija. Le pedí a Dios y a mis hermanos que no me dejaran morir. El diagnóstico me lo dieron el 21 de diciembre, en vísperas de Navidad; esa misma semana conseguí los medicamentos e inicié la quimioterapia el 28 de diciembre. Esta enfermedad nos unió más como familia, todos me cuidan. Ese respaldo me ha ayudado muchísimo, pues el apoyo es fundamental”.
Recuerda que en ese momento la situación del país no era tan compleja; por medio del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales recibía las medicinas necesarias para su tratamiento, a diferencia de las radioterapias y cirugías, que debió costear por su cuenta. Un largo proceso que superó.
“Para mí fue muy duro recibir la noticia y afrontar esa situación en mi vida; nunca había tenido a alguien cercano con esta enfermedad. Todo lo que viví y aprendí fue prácticamente sola”.
Le practicaron dos cirugías en Caracas: una mastectomía radical bilateral, con extracción de doce ganglios linfáticos; después la reconstrucción con los implantes. Tenía un seguro médico activo que cubrió parte de estas intervenciones quirúrgicas.
Recibió tres ciclos de quimioterapia, antes de la primera operación; posteriormente cumplió doce semanas con otro medicamento, para después iniciar las sesiones de radioterapia.
“Cuando hablan de cáncer, lo primero que asociamos con esta palabra es la muerte. Puedo decir con propiedad que superarlo, en un 50 por ciento, se debe al tratamiento y a la parte emocional. Es sumamente importante el apoyo que recibimos de nuestros familiares, porque es cuando nos encontramos más vulnerables ante cualquier circunstancia”.
“Ahora todo es más difícil”
A seis años de haber superado el cáncer de mama, en noviembre del año pasado, reaparece la enfermedad. Deisy, luchadora y sobreviviente, asume el diagnóstico con gran fortaleza. Tiene otro poderoso motivo para librar esta nueva batalla, su bebé, para esa fecha, apenas tenía dos meses de nacido.
“Solo quienes vivimos esta situación podemos saber lo que se siente al dar la cara otra vez a esta lucha. Es complejo, pero no imposible. Aquí estoy, dando la batalla y la guerra, por el hecho de estar al lado de mis seres queridos, ver crecer a mis hijos y formarlos como hombres y mujeres de bien”.
En la actualidad, Deisy Castro suma 34 años de edad, reside en Rubio, municipio Junín. Es docente de educación inicial, aunque no en ejercicio. Explica que la causa de la reaparición de su enfermedad se debe a que no pudo seguir el tratamiento de mantenimiento, por tener un problema para recibir hormonas.
“Ahora todo es mucho más difícil por las condiciones de Venezuela, la situación familiar, y económicamente es algo que no se puede cubrir muy fácilmente. En dos oportunidades me dieron los medicamentos en el Seguro Social, pero después tuve que comprarlos porque no había en el IVSS. Los que requería para completar el tratamiento los adquirí en Colombia, porque aquí no se consiguen. Tienen un precio muy elevado, y debimos hacer el esfuerzo económico de muchas maneras para no perder la continuidad”.
Una de las medicinas tiene un costo de 340 mil pesos, y solo alcanza para dos dosis; además, lleva un filtro para administrarlo y eso también debió comprarlo, al igual que otros elementos para la quimioterapia.
“Fueron 18 semanas de quimioterapia, seis ciclos, divididos en tres semanas; ese fue el último tratamiento que recibí. Se logró pagar con mucho sacrificio para culminarlo. Recientemente me realizaron tomografías de abdomen, tórax y pelvis con doble contraste, y otros exámenes para control; todo muy caro, porque cobran en dólares. En mi caso, debí hacerme algunos en Cúcuta, porque aquí no los realizan”.
Para subsanar estos gastos, Deisy y su familia recurrieron a la venta de comida, los fines de semana, e hicieron rifas. Una labor titánica, pues las facturas se acumulan, con montos casi imposibles de cubrir. No es fácil ser paciente oncológico, y también cargar con la preocupación de buscar los recursos para pagar el tratamiento.
“Para mí fue difícil haber superado un cáncer de mama y nuevamente tener una recaída. Pienso en mis dos hijos, en mi niña de 10 años y en mi bebé de nueve meses, porque Dios me brindó la oportunidad de ser madre nuevamente”.
Durante el periodo de su mejoría, se incorporó como voluntaria a la asociación civil Seno y Vida, que tiene una sede en Rubio. Allí se dedicó a colaborar con los pacientes de menores recursos y mayores necesidades.
“La fortaleza espiritual, la fe y las ganas de vivir son muy necesarias para sobrellevar una enfermedad como el cáncer. Es muy duro, no cualquiera tiene el valor de afrontarlo, levantarse y seguir. Tengo dos motivos por qué luchar, mis dos hijos. Ellos me necesitan. Una parte fundamental para la sanación es el equilibrio emocional, he tomado con firmeza las ganas de vivir, de continuar y salir adelante”.
La aspiración de Deisy Castro es ver crecer a sus hijos, compartir caricias y sonrisas. Disfrutar junto a ellos la vida. Para esta mujer ejemplar, valerosa y aguerrida, todas las oraciones y el respaldo para que se disipe la oscuridad y se fortalezca en sanidad. Que a su existencia vuelvan la paz y la alegría.