Regional
Falleció Tirso Sánchez Noguera, reserva moral y cultural de Táriba
25 de junio de 2021
Murió Tirso Sánchez Noguera, cronista emérito de Táriba. En medio de la tristeza por la partida de un caballero a carta cabal, sus familiares y amigos dan gracias a Dios porque pudieron compartir la vida con él.
Por Omaira Labrador
Del profesor Sánchez Noguera se ha escrito mucho, y no era para menos, él fue el cronista de su querida Perla del Torbes. Fue un hombre de lectura y escritura.
A continuación, hacemos la semblanza que en este medio de comunicación, en el año 2005, se le publicó:
—José Tirso Sánchez Noguera nació en Táriba. Egresó de la Universidad Católica Andrés Bello, de San Cristóbal, en 1969, en Letras; como maestro normalista en 1958. Fue el cronista del municipio Cárdenas. También es individuo de número de la Academia de Historia del Táchira, locutor, miembro de la Sociedad Bolivariana, fundador de la Tertulia cultural “Luis Eduardo Pacheco Melgarejo», y ha publicado varios escritos. Escribió una genealogía sobre el general Santander, que ningún colombiano ha escrito, ellos hicieron un esbozo, pero la más completa es la del taribense -dijo orgulloso-.
Además del Himno de Táriba, el Himno del Cronista del Táchira y de otras instituciones educativas, de poesías de género variado, y del bando de la feria, hizo un esbozo breve de la historia de Táriba en versos alejandrinos (de 14 sílabas cada uno).
También escribió, entre otras obras y artículos periodísticos en diferentes medios de comunicación, «Panorama de mi Tierra», «Crónica sobre Táriba y el distrito Cárdenas», «El centenario de la Botica del Torbes», «Discurso sobre un hijo Ilustre», «El hospital de San Antonio», «Bodas de plata profesionales» y «Centenario del nombre del distrito Cárdenas».
Además de placas de reconocimiento y tener tantos libros en su «taller», en el cual apenas caben su escritorio y su silla, sobre todo los de la carrera de Literatura, de autores latinoamericanos, de venezolanos como Manuel Díaz Rodríguez, «el estilista de las letras, el hombre que escribió en estilo puro, hablando de literatura», también tiene la imagen de Bolívar.
En ese cuarto tampoco falta un espacio para los libros de religión, para la Biblia (tiene varias), que -dice- debe leer todo el mundo, para el catecismo y temas de ese estilo. Su devoción está reflejada en la puerta de la biblioteca con la imagen de «Jesucristo, el amigo que nunca falla»; la Virgen de la Consolación de Táriba, y María Auxiliadora. Es tal su fe que cambió el lugar de la biblioteca por un oratorio, donde resalta además el padre Luis Mariara, un beato salesiano con muchas virtudes, que murió en Cúcuta y va camino a la santidad, dice. En ese cuarto-taller «achicado» por tanto libro, se observa su orgullo familiar, plasmado en fotografías donde aparecía junto a su esposa, la señora Valentina, en una de ellas su padre, junto a sus tías (fallecidos), o el recuerdo de los cincuenta años de «mártirmonio», dijo en el momento de la entrevista, aunque luego corrige: «Bueno, no, si fuera así no hubiéramos llegado a los 55 años».
Muy jovial el cronista de Táriba, estuvo dispuesto a enseñar sus más valiosos tesoros, entre ellos: «El médico de sí mismo o el arte de confervarfe la salud por el inflinito», escrito en 1733 en francés y traducido al castellano antiguo. En 272 años de publicado, Tirso Sánchez es su segundo dueño. El primero escribió: «iba a ser arrojado y me lo tomé. José Ma. Ramírez Acuña, ordenando, agosto 1927». Dedicado al marqués de Ariza, trata de la cura de enfermedades por sangría. Otro tesoro decora su hogar y es la ventana de la casa donde, el diez de febrero de 1820, Simón Bolívar le escribió una carta al general Francisco de Paula Santander. Al lado tiene otro tesoro, un sacapunta de 60 años, que saca mejor punta, afirma, que cualquier sacapunta moderno. – Esta vitrina me costó 50 bolívares, hace más de cincuenta años; y esta lámpara, que significa la luz del Espíritu Santo, tiene más de cincuenta años -agrega-. Y como esos, tiene otros tesoros. «Así es que usted lleva historia para La Nación, así somos los cronistas», dijo en la entrevista en el 2005.
Muchas cosas seguro hoy ya han cambiado, en su casa, pero sin duda. el amor por la historia de su amada Táriba nunca varió.
Hoy don Tirso Noguera ya duerme en paz. Una vida dedicada a la familia, a la lectura y la escritura. Descanse en paz.