Largas filas de ciudadanos se evidenciaron este viernes en la avenida Venezuela, en San Antonio del Táchira, para hacer uso del canal humanitario.

El cierre de los caminos verdes, mejor conocidos como trochas, por la crecida del río Táchira, provocó que un gran número de personas se acercara hasta la entrada del paso preferencial, específicamente a la altura de las vallas metálicas.

A medida que iba arribando la gente, la fila se iba alargando. Ciudadanos de la tercera edad, madres con sus niños y jóvenes, conformaban una cola que traía a la mente aquellos momentos en el que el puente Simón Bolívar estaba abierto para el paso peatonal y se formaban estas aglomeraciones.

No todos los que hicieron la cola pudieron pasar. Algunas personas que trabajan en el vecino país, Colombia, intentaron emplear el corredor, pero les fue imposible, ya que es de uso exclusivo para ciertos casos médicos.

Quienes iban por la segunda dosis para covid-19 podían seguir hacia el puente, al igual que los casos oncológicos, renales, VIH y niños para vacunación.

“Este canal debe humanizarse, que sea más fluido”, dijo Mariluz Carreño, de 62 años, quien tenía como meta cruzar a Colombia para llevar a sus nietas a vacunarse. “Uno se cansa de tanta espera, debería ser más rápido”, pidió.

Carreño ha usado los caminos verdes. A la hora de la entrevista se le hacía cuesta arriba atravesarlos, pues el río estaba crecido y la mayoría de las trochas se mantenían cerradas.

Por los caminos verdes

Ya para el mediodía del viernes, gran parte de los caminos verdes estaban abiertos, pero con ciertas limitaciones: La Platanera, activa por Los Mangos; Las Pampas, con balsa, al igual que por El Palotal, Centeno y Llano de Jorge.

Las colas, pasadas las 11:00 a.m., mermaron notablemente por el canal humanitario. “Ojalá la mayoría pueda regresar por el puente, si el río continúa crecido”, puntualizó Carreño a modo de colofón.

Jonathan Maldonado