Nancy Porras
«Todo paciente postcovid debe realizarse, por lo menos, un estudio ecocardiograma que permita evaluar la existencia de una pericarditis y la motilidad segmentaria, y si persiste el dolor de pecho, hacerse un estudio de resonancia”, considera el doctor Jesús López, médico internista e hipertensiólogo.
Tal estudio tiene el propósito de saber si existe una cicatriz secundaria a un infarto que haya pasado desapercibido durante la fase aguda del covid-19, y una vez conocidos los resultados, se colocaría un tratamiento adecuado, que obviamente disminuiría el riesgo de muerte súbita en esta población, sentenció el especialista.
Evaluación médica
Los pacientes postcovid que tienen dolor precordial – recomendó- deben ser evaluados y descartársele la enfermedad isquémica coronaria, pues es casi seguro que tuvieron una en su proceso agudo de covid-19 o poseen marcadores demostrables que llevaron a esto.
—Si el paciente sobrevive, como ocurre en la mayoría de los casos, pues solo entre el 1 y 2 % de los afectados mueren, habrá una afectación cardíaca y se va a producir un incremento del riesgo de infarto al miocardio, propio de individuos que tienen enfermedad isquémica coronaria de base, inclusive inflamación cardíaca directa; los eventos cardiovasculares van a estar elevados proporcionalmente a la severidad de la infección, situación que puede ir disminuyendo— explicó el doctor López.
Afecta, más o menos, entre un 10-30 % de los pacientes que se hospitalizan y a un 32 % de los pacientes que ingresan a la Unidad de Cuidados Intensivos, de manera que es una afectación cercana al 50 %.
De los pacientes con enfermedad cardíaca de base, el 70 % de los que tienen covid-19 presentan afectación y se produce generalmente con un dolor de pecho, estimó el médico internista.
Daño cardíaco
Expuso el doctor López que el daño cardíaco se debe al daño pulmonar primario, con marcadores inflamatorios sistémicos, pero también hay afectación directa cardíaca.
En tal sentido, precisó que ocurren cambios en las normalidades electrocardiográficas, cambios del patrón del dolor de pecho, hay hipotensión, es decir se baja la tensión arterial, “y se dice que estamos frente a un infarto o una miocarditis que está produciéndose en un paciente que tiene problemas de carácter coronario o ha hecho un proceso de miocarditis”.
54 % de los pacientes recuperados, que durante el estadio clínico produjeron dolor de pecho, tuvieron enfermedad isquémica coronaria, de manera que el riesgo de morir por un infarto, en su postcovid o postcovid largo, está entre el 5 y 6 % en esta población.
Meses aprendiendo
Ya en este año y medio se ha aprendido bastante sobre lo que el virus hace en el organismo.
“El covid-19, una vez inician los síntomas en los primeros siete días, lo que hace es replicarse y eso permite la diseminación del virus hacia el organismo”.
Es decir, la primera etapa constituye el proceso de replicación, que no es más que un segmento que se copia en el ADN de la célula huésped, es decir, de la célula del ser humano, expuso.
Precisó el doctor López que el virus tiene una espiga que le da la ventaja de unirse a un segmento para entrar dentro de la célula y permitir ese proceso de replicación que se hace sobre la enzima convertidor 2.
“Esta enzima se expresa en el hombre por varias razones: una, en la medida en que pasan los años; por eso, afecta mucho más a los adultos que a los niños, y obviamente es más severo en los adultos”, interpretó el doctor López.
Enzima convertidor 2
En segundo lugar, la manifestación de esa enzima convertidor 2 se produce fundamentalmente en individuos que tienen patologías como hipertensión arterial, diabetes, obesidad.
“La enzima convertidor 2 se expresa más en estos individuos enfermos; es la que permite anclar la espiga del covid-19 y consiente la entrada dentro de la célula”, agregó.
Se complica el cuadro
En la segunda etapa de la enfermedad, que ocurre entre 7 y 21 días, el organismo se defiende frente al virus de una forma errática y extrema, produciendo factores inflamatorios que van a producir un aumento de la coagulación y, en consecuencia, una trombosis generalizada.
Obviamente, afectará los vasos pulmonares, periféricos y producirá alteraciones de carácter metabólico, con elevación del azúcar, trastornos de la insulina, y esto va a sumarse al efecto de base que tenga el individuo, que con esta desregulación metabólica va a empeorar, sentenció.
El doctor López indicó que entre los días 14 y 21 se presenta la enfermedad severa, secundaria a toda esta activación, y lleva a un daño multiorgánico con falla respiratoria, neumonía asociada con gérmenes atípicos, generalmente son patógenos oportunistas, tanto bacterias como hongos que van a dañar al pulmón.
Por lo tanto, refirió, se producirá una disminución de la saturación de oxígeno, de la cantidad que se logra distribuir, puesto que el pulmón se va echar a perder, no solo por la replicación viral, sino por la neumonía asociada que va a ocurrir con las bacterias y hongos.
Más daños
El riñón se afecta y, en consecuencia -manifestó-, se va a producir un incremento de la creatinina, habrá daño hepático, con el aumento de los tiempos de coagulación, enzimas hepáticas y la bilirrubina.
Por consiguiente, se producirán marcadores de inflamación que van a ser más altos a medida que más inflamación exista , como por ejemplo el aumento de la proteína C reactiva, la ferritina, la coagulación, como el dímero D, valores que van a estar elevados en el paciente que tiene covid-19.
“Esto lleva a eso que se llama la ´tormenta inflamatoria´ y, por supuesto, llevará a la falla multiorgánica y la muerte del paciente”, sostuvo.