Omar Medina Luzardo

Te vimos salir con tu caminar lento pero seguro, como buen paramero. No llevabas ni un chopo, solo la Constitución en la mano. Claro, provienes de una estirpe muy noble de abogado. El Chato siempre estará ahí.

Discúlpanos, a los tachirenses, porque no hemos sentido al capricho de una gente que nos tiene bajo amenaza.

Discúlpanos, por no tener el coraje, que como buen hijo de La Grita has tenido. Servirás de ejemplo a nuevas generaciones. Sabes bien que tu vida corre peligro. Cuídate y que te cuiden.

En este momento eres el único que sí debe tener un ejército de guardaespaldas. Sabemos que tu humildad choca con esas medidas, pero debes asumirlas por el bien del Táchira.

Discúlpanos, porque al comienzo te vimos solo, y algunos hasta nos burlábamos de tu soledad; y ahora, lentamente, como buen gocho, trabajando todos los días, con tu genuino mensaje, vienes remontando la cuesta. Creo que hasta mi gato saldrá a votar por ti.

Discúlpanos, porque a pesar de que tienes al frente un enemigo temido, tu pequeña humanidad se empina para enfrentar como el Quijote, con hidalguía, a quienes amenazan a tu pueblo.

Discúlpanos, porque cada vez que te escuchamos, de tu corazón solo brota amor por el Táchira y por tu gente. Nadie hasta el momento había sido capaz de izar esas banderas.

Y finalmente, discúlpanos, porque te has atrevido en tu batalla a poner a Dios por delante, mientras otros renegamos de ello y hasta nos avergüenza. Será por eso que andas con una sonrisa en los labios, a pesar de la sombra que te acecha.

Leonardo, cuando asumas la Gobernación del estado, con nuestro apoyo, envíanos un mensaje que diga: “disculpas aceptadas”.