Reportajes y Especiales
Artículos religiosos, dulces y pasteles esperan a los feligreses este domingo
15 de agosto de 2021
Humberto Contreras
Desde hace más de cuarenta años, un grupo de personas se ubicó en torno a la Basílica para montar sus puestos de venta de artículos religiosos y conmemorativos de la Virgen.
Durante muchos años, hasta la lamentable interrupción que generó la pandemia, estos puestos funcionaron todos los días del año, en especial sábados y domingos, así como, por supuesto, los días del entorno de la festividad de la Virgen, el 15 de agosto.
La presencia de estos puestos en torno a la plaza, y cerca de la Basílica, ha sido una tradición y una escena propia de Táriba, donde, además de los artículos religiosos, se pueden adquirir dulces típicos y consumir los también muy típicos pasteles de yuca, chicha andina, masato, y demás.
Conversamos con algunos de ellos, ya preparándose para el movimiento que esperan con entusiasmo y fe el próximo domingo, Día de la Virgen, pero también como devotos y fieles creyentes de la santa madre de Dios.
Escapularios, rosarios y velas tienen mucha demanda
Rosa Useche es de Táriba. Dice que vive cerca de la Basílica, y tiene su local en toda la esquina de la iglesia, pasando la calle. Tengo con mi quiosquito casi 20 años, pero me estoy reincorporando desde el martes, pues tenía un tiempo sin venir, ya que estuve cuidando tres nietos. También, nos dice, le debía unos impuestos a la alcaldía… pero ya los pagué, así que estoy de nuevo en lo mío.
Explica Rosa que el tiempo que estuvo fuera su local estuvo cerrado. Apenas este martes reabrí el local y me reincorporé, primero por la necesidad económica, claro, y me ha pegado un poco porque, primero, los precios de ahora, han variado mucho. Pero, poco a poco, me voy actualizando.
Nos dice que ahora está esperando el día de la Virgen, “porque sé que Dios nos da bendiciones, para mí y para todas mis compañeras que trabajamos acá en esto. El grupo de gente, que siempre somos las mismas que hemos estado aquí.
— ¿Qué es lo que más vende aquí?
— Bueno, aquí se vende de todo. Los veloncitos, las velitas, los escapularios que tengan la Virgen del Carmen y el Corazón de Jesús, que se venden bastante. Igualmente, las contras para los niños, por las cuales pregunta mucho la gente. Los días sábado, que hacen los bautizos, se venden las velas del bautizo, el pañuelito y el rosario.
También se vende bastante la vela de cebo y la velita de la Candelaria. Los rosarios también. Tengo una variedad de rosarios, como por ejemplo el de la Virgen de Consolación con áncora doble, lo tengo en 15 mil pesos. Si la gente pide rebaja, pues uno rebaja, pero también hay más baratos, más sencillos. Tengo de 12 mil, de 8 mil y más económicos, a 5 mil, de modo que la gente puede escoger, según su precio. A veces uno obsequia a los clientes, por ejemplo, una estampita de la Consolación, que se puede mandar a bendecir, para que la Virgen los proteja.
Rosa agrega que también vende estatuitas de la Virgen. Hay unas pequeñas, antes venían metálicas, pero ya no, porque también los proveedores de este tipo de cosas han disminuido bastante. Igual que antes, añade, usted venía por estos días y veía muchos vendedores aquí. Ahora casi no hay. Se acabó eso. Y a esperar el día de la Virgen para que nos dé muchas bendiciones. Y el 14 es la serenata. Va a estar muy buena.
— ¿Cómo se prepara para el domingo?
— Bueno, no se sabe si vendrá gente de afuera, como en años anteriores. En esos tiempos venían vendedores de otras partes y se instalaban acá, pero eso ya se acabó, aparentemente. En todo caso, pues la Virgen nos trata a todos muy bien, y ella está aquí esperando que venga la gente.
—¿Y de dónde nació su devoción por la Virgen?
— De familia. Claro, somos devotos de ella. Es difícil conseguir un taribero que no sea devoto. Todos somos creyentes. Ella ha hecho muchos milagros, como Nuestro Señor Jesucristo.
—¿La Virgen le ha hecho a usted algún favor especial?
Bueno, yo siempre le pido su ayuda y su bendición. Ahora, por ejemplo, tengo un hermano que lo tienen que operar y, por supuesto, nos hemos apegado a Jesús y a la Virgen. ¿Y sí le atiende sus peticiones? Claro que sí. Ella atiende las peticiones de cada uno,
Empezó con pulseritas
y velones al pie de la Virgen
Justo al pie de la escalinata de la iglesia está un pequeño puesto de venta. María Robles tiene 20 años de estar trabajando aquí. “En este mismo puesto, en este mismo sitio”, dice con satisfacción.
— ¿Cómo llegó aquí?
— Cuando llegué aquí, vine como trabajadora para otras personas. Después, poco a poco me fui adaptando, hasta que coloqué mi propio puesto. Yo venía de La Grita, donde trabajaba con el Santo Cristo, pero entonces mis hijas empezaban a estudiar en la universidad y nos vinimos para acá.
Empecé a trabajar aquí mismo, delante de la Virgen, con poquito, una docenita de rosarios, una docenita de velones, una docenita de pulseras; y estoy muy contenta, pues gracias a Dios y a ella, me ha ido bien hasta la presente. He tenido dificultades, pero la Virgen me ha ayudado, me ha protegido, así como a mucha gente, a muchísimas personas que vienen a agradecerle.
— ¿Cómo está actualmente el movimiento?
— Bueno, en años pasados, había mucho más movimiento de personas, pero ahorita, con la pandemia, pues es un poquito menos. Pero la verdad es que ella no nos ha descuidado. Las ventas han decaído, pero claro, uno no tiene por qué estar descontento con Dios, ni con la Virgen, porque ellos, todos los días, sea como sea, le dan a uno aunque sea el pan de cada día. Yo como de este trabajo, con mis hijas y mis nietos. Dios nunca nos ha descuidado, en estos 20 años que tengo de estar trabajando con ella, delante de ella, y me ha concedido un pedimento muy grande hace nueve años: Me operaron de esta pierna (la izquierda) y me quedó bien. Y todo lo que yo le he pedido me lo ha concedido.
— ¿Historias?
— Hay muchas historias, de mucha gente, que he visto con mis ojos. En mi caso, una hija no podía quedar embarazada. Y un día me senté frente a ella y se lo pedí con tanto amor y con tanta devoción, que vi que a la Virgen le corrían las lágrimas. Y me lo concedió. Mi hija tuvo un bebé.
María vive en Táriba, a dos cuadras de la Basílica, y baja todos los días a su puesto de venta. A veces no va los lunes, o manda a “las muchachas, que me ayudan”. Y para despedirnos, nos dice que lo que más le compra la gente es las pulseritas de la Virgen, los rosarios, las estampitas, las novenas, lo velones, o sea, lo que llaman las compra de ella (de la Virgen). También se venden muchos artículos del Santo Cristo de La Grita, nos reseña.
También se venden muchos
bocadillos y dulces típicos
Mariana Díaz tiene un “localito” de su mamá en la esquina de la placita, diagonal a la iglesia.
—Aquí, vendiendo tengo como 20 años. Sorprende, por su rostro joven, pero explica que su mamá, Carmen Zulay Pernía, tiene 46 años con el puesto. Ella es de las primeras personas que se instalaron acá, explica Mariana, hace 46 o 48 años, más o menos. En este mismo sitio. Y desde niña, me venía con ella para ayudarle a atender.
Vende dulces, “chucherías”. Lo que más compran, nos dice, es los coquitos, los brillantes, los bocadillos rellenos, las toronjas. La mayoría de estos productos son hechos acá en Táchira, y los bocadillos son traídos de Colombia. Mariana también aprovecha su puesto para ofrecer a su clientela detallitos religiosos.
— ¿Tienes algún recuerdo de algo especial con la Virgen?
— No en especial, pero sí en general. Por ejemplo, mi madre le pedía mucho que la ayudara en esto. Y al final, trabajando con este puesto, crió a sus hijas. Y a mí, pues yo me hice profesional, pues me gradué de abogado. Estando en la universidad, cuando estudiaba, le pedí mucha ayuda para concluir mis estudios, y me lo concedió.
Mariana trabaja todos los días en el puesto. Al preguntarle cómo trabaja en su profesión, muy filosóficamente responde que “bueno, para todo hay que saber aprovechar el tiempo”.
— ¿Cómo está la implicación de la pandemia?
— Al principio disminuyó mucho la venta, indica. Pero en los últimos tiempos vemos que se ha venido recuperando.
— ¿Y cómo te preparas para el domingo?
— Bueno, todo depende de que venga gente a la Basílica a ver a la Virgen. Pero siento que va a estar bien.
“Esperamos que el domingo
venga bastante gente”
Con 26 años atendiendo su punto, Marlene Zambrano tiene uno de los puestos más conocidos de venta de pastelitos, chicha de maíz y de cebada, y de masato. Eso es más de la mitad de su vida. — Yo empecé de niña a trabajar con mi mamá, que es la propietaria del puesto desde hace 45 años, y ahora ella tiene otro puesto y yo atiendo este, explica, y nos dice que su mamá ahora está de reposo porque la operaron de la vista, y el negocio de ella lo atiende una hermana.
— ¿Y cómo les va?
— ¡Chévere! Por motivo de la pandemia ha mermado el flujo de gente, y con ello. las ventas. Por eso, trabajamos solamente medio día. Yo atiendo aquí solo sábados y domingos, pero mi mamá si está todos los días.
— ¿Y cómo se prepara para el domingo?
— Pues con el favor de Dios, bien. Esperamos buena afluencia de gente. Es la esperanza que todos tenemos por aquí.
Preguntamos sobre casos de ayudas especiales de la Virgen a alguien. Marlene dice que específicamente de una persona, no, porque “es que son tantos los casos que uno escucha. Tantos los milagros que la Virgen ha hecho, que bueno, de hecho, uno le pide cualquier cosita, tal cosa, y nos la concede, gracias a Dios. Son muchas las personas que hablan de milagros, de ayudas, de favores recibidos, porque, pues sí, de una u otra manera las ha ayudado. Siempre hemos sido bendecidos aquí en nuestro municipio”.
La gente busca más a
los santos de sanación
— ¿Cuánto tiempo tiene en este negocio?, le preguntamos a José Rojas, quien está instalado a un costado de la Basílica, diagonal a la plaza Bolívar.
— Realmente, el negocio era de mi papá, durante 42 años. Pero él falleció el año pasado, y yo lo asumí.
— ¿Y cómo te va?
— Bien, gracias a Dios. Aquí lo que más demanda tiene es la Virgen de la Consolación. Estampitas, rosarios, imágenes, en fin. Lo que más se busca es santos que ayuden en sanación, y así, la Virgen y José Gregorio son los más solicitados. Dice Rojas que antes se vendía mejor, pero eso ha mermado mucho por la situación económica. Pero, igualito, la gente no ha dejado de comprar para ellos.
— ¿Conoces alguna persona que haya recibido un favor especial de la Virgen?
— Bueno, mire, hay muchísima gente agradecida por bendiciones que ha recibido de la Virgen, pero específicamente son muy pocos los casos que se conocen, porque realmente la gente calla mucho. Debe ser por miedo, por discreción, o porque no les gusta que las demás personas sepan, pero la verdad es que la Consolación es muy milagrosa.
De hecho, agrega, le digo que aquí vienen a buscar sus imágenes, para llevarlas o enviarlas a personas que se han ido para España, Chile, distintos países. Allá, donde están, la Virgen les hace falta y la quieren tener consigo para pedirle ayuda y protección.