Regional
Misa de la Consolación | “María muestra su interés e intercesión en favor de su pueblo”
15 de agosto de 2021
En su homilía escrita, el obispo Moronta cuestionó a quienes buscan “acomodos en negociaciones alejadas del pueblo”. Ante el bello ícono de la Consolación de Táriba, la Iglesia invita a renovar la fe en su maternidad divina y a mantener abiertas las puertas de los corazones, hogares, instituciones y comunidades
Daniel Pabón
Táriba amaneció inusualmente tranquila este 15 de agosto, pero la devoción de la gente en casa es la misma. “Como fue ayer y deberá serlo mañana, hoy María es Madre que muestra su interés y su intercesión en favor de su pueblo”, expresó por escrito el obispo de San Cristóbal, Mario Moronta, a propósito de la fiesta de Nuestra Señora de la Consolación, patrona del Táchira, que la Iglesia local celebra este domingo.
A partir de las 7:15 de la mañana el obispo auxiliar de San Cristóbal, Juan Alberto Ayala, ofició la misa pontifical en una basílica de Táriba de puertas cerradas y con acceso limitado únicamente a sacerdotes, medios de comunicación, colaboradores y algunos pocos fieles, a los fines de evitar aglomeraciones en este tiempo de pandemia.
Ayala leyó la homilía que redactó Moronta, quien termina de recuperarse exitosamente en su salud luego de haber superado el virus. En el texto, el pastor diocesano refiere que a María la gente vuelve a acudir para reafirmar que forma parte del pueblo tachirense y venezolano.
“Quien experimentó el dolor de la espada al traspasar su corazón, es alivio ante el sufrimiento de tantos hermanos enfermos, menospreciados, perseguidos, olvidados… los que van dejando su país despreciados por quienes se sienten poderosos… los no tenidos en cuenta por quienes buscan acomodos en negociaciones alejadas del pueblo… los jóvenes inducidos a la prostitución y a la droga, esclavizados por las mafias escondidas en las oscuras marañas de un comercio de muerte… la gente olvidada y golpeada por quienes han hecho la opción por la opresión y la corrupción…”, describió.
El retablo mariano con el relicario que lo resguarda permaneció dentro de su camerino, en lo alto de un altar mayor bellamente revestido de flores.
La feligresía siguió la transmisión por radio e internet. Diario La Nación emitió los oficios religiosos en directo por Instagram, su canal de YouTube y La Nación Radio.
“Que la Virgencita de Consolación nos libre y proteja de toda enfermedad”, comentó por YouTube el devoto Valmore Medina, entre otras tantas manifestaciones de amor mariano. “Madre Nuestra, que tu maternal bendición disipe este virus por siempre”, imploró, como muchos, Alejandra Cárdenas.
La predicación escrita del obispo Moronta empezó repasando el misterio de la Encarnación, hasta centrarse en ese regaló de Jesús de un modelo y don maravilloso de su amor misericordioso: María, su Madre. Y la importancia que juega en la historia de la salvación y como ejemplo de cumplimento de la voluntad del Padre.
Una primera invitación fue la de imitar la actitud de Juan: como él la recibió en su casa, la acogida en la fe de María, supone recibirla con la fe que implica abrirse a lo que Ella enseña. “Ella se ha hecho presente y mora también en nuestras casas, personales, familiares, comunitarias y eclesiales”.
Es una hermosa cosa poder, entonces, contemplar en el rostro materno de María, hoy venerada como consoladora desde el Nazaret del Táchira en su basílica de Táriba, la imagen de su pueblo, la esperanza de los pequeños, la sencillez de los pobres de espíritu, el dolor de los oprimidos… Aquí la veneramos como María del Táchira peregrina con su gente desde hace varios siglos, proclamó Ayala en nombre del pastor diocesano.
“En estos tiempos tan duros que nos ha tocado vivir últimamente, al celebrar la Fiesta de Nuestra Señora de la Consolación, la flor más bella de los Andes venezolanos, se nos presenta la ocasión para acogerla y recibirla con fe, esperanza y caridad”, invita la Iglesia de San Cristóbal en esta fiesta tan querida y sembrada en el alma tachirense.
Las bancas casi en su totalidad vacías durante la misa pontifical contrastan con las masivas peregrinaciones del tiempo anterior a la pandemia, en el cual el pueblo católico se desbordaba desde primera hora entre la catedral de San Cristóbal y la basílica-santuario de Táriba.
«Gracias a Diario La Nación por unirnos en este momento tan especial para todos los devotos de nuestra Madre desde Argentina, pero con el corazón en Táriba», comentó Alexis Fernández, el joven devoto que en años anteriores mantuvo la responsabilidad de conducir el carruaje blanco de la Virgen peregrina de la catedral a la basílica y por las calles del pueblo.
El párroco de la Consolación, José Borelli Arellano, dio las gracias a Dios y al Cristo del Rostro Sereno y pidió que haga al pueblo más sencillo y compasivo. También agradeció a los obispos diocesanos por su ministerio, a sus hermanos sacerdotes que siempre participan en esta festividad, así como a los seminaristas y a los devotos que hacen posible la belleza del templo.
El obispo auxiliar Ayala se unió a los agradecimientos del párroco. Manifestó su inmensa alegría por poder celebrar la fiesta de la Asunción de María y su advocación de la Consolación, seguro de que su protección anima al Táchira a seguir adelante en el servicio y la entrega.
La misa terminó con el canto del Himno a la Consolación. Entre aplausos y flanqueada por las jóvenes del ministerio de danza, la imagen mariana fue bajada hasta el altar. El obispo auxiliar y los concelebrantes la alzaron para impartir la bendición, con el fondo de repique de campanas de la basílica.
«¡Que viva la Virgen!», animó Ayala antes de alzar y llevar el relicario hasta la puerta principal del templo, abierta por pocos minutos. Desde allí, María de la Consolación bendijo a los tachirenses. Luego fue entronizada en un iluminado nicho de ángeles, delante del altar mayor, para una veneración pública ordenada y controlada. La banda del Seminario Diocesano acompañó con los acordes del himno que canta gloria a la Virgen que alumbra la historia del Táchira desde hace 461 años.
LEA ESTE LUNES 16 en la edición impresa de Diario La Nación la cobertura completa desde Táriba.