El ministro de Gobierno de Bolivia, Eduardo Del Castillo, informó que la expresidenta Jeanine Áñez intentó la madrugada de hoy ocasionarse una “autolesión” al cortarse uno de sus brazos. La autoridad afirmó que la salud de la exmandataria es estable y que recibió la atención médica del penal de Miraflores, en La Paz.

“Lamento informar al pueblo boliviano que la señora Jeanine Áñez habría pretendido generarse una autolesión en horas de la madrugada del día de hoy; sin embargo, informamos que su salud es estable y que tiene unos pequeños rasguños en unos de sus brazos y no hay nada de qué preocuparse”, afirmó Del Castillo.

La autoridad dijo que Áñez no supo explicar por qué se autolesionó uno de sus brazos y Del Castillo tampoco explicó con qué tipo de objeto se hizo los cortes la exmandataria. Además, el ministro adelantó que la Dirección de Régimen Penitenciario evaluará si es necesario que la exmandataria se someta a estudios sicológicos.

“Se han hecho las consultas correspondientes a la señora Jeanine Áñez. Ella manifiesta desconocer cuáles fueron los móviles por los cuales habría intentado generarse algún tipo de lesión, sin embargo, son lesiones superficiales que no han generado ningún tipo de herida considerable”, añadió Del Castillo.

Ninguno de los abogados de Áñez ni su hija, Carolina Ribera, contestó los requerimientos de este medio para conocer su posición tras el anuncio de Del Castillo. Áñez sufre hipertensión arterial y según su entorno tiene problemas serios de salud. Sin embargo, la Dirección de Régimen Penitenciario afirmó que la exmandataria tiene un cuadro estable de salud.

El pasado 11 de agosto, la expresidenta interina de Bolivia fue llevada a una revisión médica en la que le informaron que sufre de hipertensión arterial sistémica y síndrome ansioso depresivo, según reveló la agencia AP.

Imágenes de la prensa boliviana mostraron que la mandataria bajó de pesó y se le ve decaída.

Además de la expresidenta hay más de 40 personas en prisión preventiva —entre ellos exministros de su gestión de casi un año, exfuncionarios, militares y policías— por el estallido social de noviembre de 2019 que precipitó la renuncia del entonces presidente Evo Morales tras las fallidas elecciones denunciadas como fraudulentas en la que buscaba un cuarto mandato.

AP