El aragüeño pasó al grupo de los inmortales de la pelota en las Grandes Ligas.
Por Gustavo Carrillo
La tarde soleada en el estadio Roger Centro para recibir la visita de los Tigres de Detroit, finalizando una serie de tres compromisos contra Azulejos de Toronto que se puso en marcha el pasado viernes, cumpliendo la ronda eliminatoria de la temporada de Grandes Ligas.
En el compromiso del viernes, el orgullo de Maracay dejó en la espera a sus seguidores. No pudo conectar el batazo 500 que lo coloca a un paso del salón de los inmortales. Ese día, el pitcheo de los pájaros azules le pasó el cuchillo y lo ponchó en tres oportunidades. Un pitcheo fino, y lo regresó al dugout con un suspiro profundo. Lo dejamos para la próxima, diría el inicialista de los rayados.
Corre la semana. Llega el sábado y la afición sigue esperando ser testigo de la historia que escribe el muchacho que a los 16 años se atrevió a incursionar en un béisbol exigente, fuerte, bueno y malo. Bueno porque brinda la oportunidad de ser un héroe; malo porque a veces es inclemente con el jugador.
No fue el sábado, y la presión continúa. Ese día, Miguel Cabrera, el Miggy de Maracay, tal vez por ese apuro de llegar al ansiado jonrón 500 no pudo con el swing. Los numeritos sabatinos para el venezolano que ha ganado dos veces el título de bateo, de 3-0, un boleto, un ponche y el promedio va en picada.
Domingo de resurrección. Sigue la fiesta del béisbol en el estadio Roger Centro. Los Azulejos de Toronto no quieren entrar a la historia como el equipo con que el venezolano Miguel Cabrera escribe su nombre en el libro de récords y su jonrón 500.
El manager de Azulejos designa para trabajar en el compromiso al derecho Steven Martz. Hasta el sexto tramo, las cosas marchaban por buen camino, sin abrirse la pizarra, y Cabrera con par de turnos en blanco, pero sin desesperarse en un domingo de buena fe.
Tercer turno. Ya con el juego 1×0, perdiendo Detroit, se anuncia el turno de Miguel Cabrera. Sube la bilirrubina. Se activan las cámaras de los celulares, se prepara el público en las tribunas ligando que la pelota llegue a sus predios.
Lanzamiento, Cabrera hace un swing descomunal y la pelota se va al jardín de la derecha, una pelota en manos de un aficionado que la entregará y recibirá una bonificación correspondiente. Termina la espera, pero el juego continúa 1×1.
Con su jonrón, el ahora más cercano al Salón de la Fama iguala las acciones a una carrera por lado. Se alarga hasta el décimo primer episodio y finalmente se imponen los rayados con pizarra de 5×3, sacudiéndose el yugo de los Azulejos, y Miguel Cabrera respira profundo. Los aficionados se van felices del estadio porque escriben la historia del béisbol con su presencia en una tarde inolvidable.
El resultado es para los libros de récords. Cabrera ingresa en la lista de los 28 peloteros que en la historia de Grandes Ligas y durante su carrera han bateado 500 o más jonrones. Logra alcanzar a grandes figuras del Big Show y sus apariciones en los compromisos que restan de la temporada le pueden servir para aumentar esa cantidad, en caso de enviar la pelota a terrenos de nadie, sumando imparables, porque su meta son los 3 mil.
Para el béisbol venezolano, la hazaña de Miguel Cabrera enorgullece a la pelota caliente que en cada temporada presenta sus prospectos. Y así ocurrió con este pelotero oriundo de Maracay, en el estado Aragua, osado en su juventud, como muchos otros, y con el sueño de llegar al mejor béisbol del mundo para hacer historia y a sus 38 años, nacido en abril de 1983, es terco, necio y sabe que su tozudez le va a deparar muchas emociones más, siendo el atractivo en los parques donde agarre un bate, se coloque en el cajón de bateadores y despache otro batazo de circuito completo. Y estaremos listos para reseñarlo.
Hablando de imparables, Miguel Cabrera suma 2.954 a terrenos de nadie y le restan 46 para entrar en la suma de los 3 mil. Observando el calendario de juegos, a los Tigres de Detroit le restan unos 43 compromisos, y multiplicamos por cuatro. que serían los turnos de Cabrera, son más de cien turnos para conseguir los 46 imparables, pero no olvidamos que en muchos juegos se va en blanco, es decir un 4-0 o un 5-0, por lo que todo va a depender de sus contactos, pero de no ser en esta temporada, quedaría a las puertas de lograrlo en la de 2022. ¡Quédate en casa!
En la historia de las Grandes Ligas, ellos conforman el selecto club de bateadores en conectar 500+ y ganar la triple corona. Frank Robinson, Mickey Mantle, Jimmie Foxx, Ted Williams y ahora el nuestro, el venezolano Miguel Cabrera (campeón bate, jonronero e impulsador en una campaña). Aunque, se debe aclarar, todos no dieron el total de sus cuadrangulares con la misma organización. Ejemplo: Miguel Cabrera ha conectado 362 jonrones con Detroit y 138 con Marlins. Frank Robinson distribuyó sus 586 con Rojos, Indios, Dodgers y Angelinos. Jimmie Fox (534), con Filadelfia, Boston y Cachorros. Por su parte, tanto Mickey Mantle (536) como Ted Williams (521), todos sus batazos de vuelta completa fueron con un mismo conjunto, Yankees y Medias Rojas, respectivamente. (Richard Bonilla)