Los cadáveres de dos hombres desconocidos, abaleados y calcinados, fueron localizados el pasado miércoles en la población de La Fría, municipio García de Hevia.

El hallazgo lo hicieron a temprana hora de la mañana, en plena vía pública, a la entrada de la autopista La Fría, en el distribuidor Aeropuerto, vía a La Esmeralda, luego de que alguien diera aviso a las autoridades policiales de la zona.

Se dijo que las víctimas son dos hombres, de entre 25 y 30 años de edad; uno de ellos consumido por el fuego, desde los pies hasta la cintura; el otro, casi en su totalidad; ambos de piel blanca, contextura regula, y desprovistos de ropa. De uno de ellos se pudo conocer que lucía tatuajes.

Pese al estado en el que quedaron, los investigadores pudieron determinar que fueron abaleados. En el sitio, el Cicpc de la delegación municipal La Fría incautó elementos considerados como de interés criminalístico.

La tarde del mismo miércoles, los cadáveres fueron ingresados a la morgue del Hospital Central de San Cristóbal para practicarles la autopsia correspondiente y tratar de identificarlos plenamente.

Pasadas las horas, ningún familiar había acudido a la morgue para reconocerlos e identificarlos, por lo que se acudirá a otras vías forenses para tal fin.

Mientras tanto, cotejan con los hombres reportados como desaparecidos en la zona norte en los últimos días, en función de determinar si las características de las víctimas pudieran coincidir con alguno de ellos.

El último doble homicidio registrado este año en García de Hevia, con el mismo patrón de eliminar evidencia, prendiéndole fuego a las víctimas, ocurrió en junio pasado, cuando asesinaron a un exfuncionario del Cicpc y a un desconocido, que se presumió era el amigo con el que se le vio la noche anterior, cuando ambos desaparecieron.

A ellos los hallaron parcialmente quemados en una zona boscosa que desde el sector La Llovizna conduce a El Socorro, parroquia La Fría del municipio García de Hevia.

A diferencia del reciente caso, los cadáveres del exfuncionario David José Bello Ortega, de 26 años de edad, quien estaba dedicado al comercio, y del otro hombre, identificado extraoficialmente como Javier o Jean Paul, de nacionalidad colombiana, apodado Búfalo, no fueron tiroteados; además de dejarlos maniatados y amordazados, a ellos les apreciaron heridas provocadas con objetos contuso-cortantes.

Posteriormente se investigó, como autora de ese doble homicidio y de otros perpetrados en esa zona, a una supuesta banda criminal dedicada al robo de vehículos; de hecho, el Ford Festiva, verde, placa AF354NG, propiedad de Bello Ortega, en el que se movilizaba con su amigo Búfalo la noche que desaparecieron, no había sido localizado.

Miriam Bustos