Homero Duarte Corona
De los diez partidos que le restan a la Vinotinto, seis serán de visitante y cuatro de local, que lo obliga a ganar todos los compromisos en casa y arañar puntos en carretera, sin duda un futuro nada halagador.
¿Un nuevo fracaso de Venezuela en la intención de asistir por primera vez en su historia a una Copa Mundo, desde su creación en 1930…? Un interrogante que queda sobre el tapete, después de la derrota del pasado jueves ante Argentina, en Caracas, por 1-3, en juego perteneciente a la novena jornada de la ronda eliminatoria sudamericana de cara a la justa universal Catar-2022.
Para el o los más optimistas no todo está perdido, independientemente el combinado patrio haya descendido al último lugar, con apenas cuatro puntos, producto de un triunfo histórico de 2-1 ante Chile de local, primera vez que suma de a tres frente a los australes, y división de honores sin goles ante Uruguay, también en casa.
Un total de 30 puntos sobre la mesa para los intereses de la Vinotinto, diez partidos, de los cuales seis serán de visitante y cuatro de local, que obliga al batallón nacional a ganar los 12 puntos en discordia de anfitrión y seis unidades en calidad de forastero, sin importar los rivales que tendrá al frente, que le llevaría a sumar un total de 22 unidades, un global con los cuatro puntos que tiene hasta ahora.
Estas son las cuentas del o lo más optimistas, porque cuando el más desapercibido observa los rivales que tendrá Venezuela en el futuro inmediato, se encuentra con que los próximos dos partidos serán de visitante: Perú, en Lima, este domingo, jornada 6ª., y el jueves 9 de septiembre, marco de la décima fecha, ante Paraguay en Asunción; se pueden empatar, en el peor de los casos.
La antítesis, para el o los pesimistas… ¡todo está consumado!, pues con apenas cuatro puntos de 21 disputados, para ocupar el oscuro sótano, nada bueno le espera, ya la Federación Venezolana de Fútbol debe pensar desde ahora en el Mundial de 2026, a celebrarse en Canadá, México y Estados Unidos.
Oteando lo que viene, la cantidad de problemas que confronta el seleccionado patrio: lesiones, problemas de la covid-19 y la situación del cuerpo técnico, primero con la renuncia de Rafael Dudamel , relevado por el portugués José Peseiro, que llegó in extremis cuando restaban horas para la doble tanda inicial de la eliminatoria frente a Colombia en Barranquilla y ante Paraguay en Mérida, sumando sendas derrotas y una tercera jornada de visitante contra Brasil, para un tercer revés en fila, nada bueno se le avizoraba al conjunto Vinotinto.
En la corta era de Peseiro, que renunció ante la falta de pago, la cancelación de los 14 meses que estuvo al frente de la Vinotinto, fue de apenas 4 puntos, respaldado por el triunfo ante Chile y el empate frente a Uruguay, ambos juegos de local.
La renuncia intempestiva del técnico lusitano obligó al ente federativo a traer de emergente al entrenador local Leonardo González, que no tuvo un buen debut, después de todo lo sucedido antes y durante el desarrollo del compromiso ante Argentina, antecedentes de apenas hace unas horas bien conocidos por la afición. Como es apenas lógico, no se le puede echar la culpa al entrenador trujillano, que pese a su papel de interino, prácticamente lo lanzaron a la hoguera.
Lo que comienza mal, termina igual
Condición sine qua non, en una clase de eventos de esta naturaleza, y así está escrito en la historia, para buscar la clasificación, es obligatorio ganar todos los partidos en casa y arañar puntos de visitante, colocando como ejemplo los casos de Bolivia, cuando clasificó por primera vez a la justa mundialista, e igual Ecuador.
Pero en el caso de Venezuela, nunca ha podido clasificar a un Mundial de Fútbol, la única nación de las diez suramericanas que forman parte de la Conmebol que sigue sin poder enarbolar el pabellón patrio en este magno evento universal del fútbol a nivel de selecciones.
Cuando se observan los partidos que restan de la ronda eliminatoria sudamericana, un total de diez, incluyendo los dos a celebrarse este domingo y el próximo jueves, el futuro para la Vinotinto es oscuro, con muy poco para rescatar, a no ser que ocurra algo extraordinario, que se contrate un nuevo cuerpo técnico y cambie totalmente el panorama, que al menos se consiga el puesto del repechaje.
Pero el meollo del asunto está en que ahora mismo, de acuerdo a lo que ha sucedido en los siete partidos disputados, otra vez se repite la historia de toda la vida, Brasil y Argentina, 1-2 en la tabla de clasificaciones con 21 y 15 puntos, tienen asegurada su clasificación, para dejar dos cupos directos para los otros ocho participantes y un puesto de repechaje, el quinto.
Por los lados de Ecuador, que tuvo un bajón de dos derrotas consecutivas luego del inicio soñado, retomó el sendero del triunfo al dar cuenta de Paraguay por 2-0, para llegar a 12 puntos y mantenerse en la tercera posición, mientras que Colombia y Uruguay ocupan el cuarto y quinto lugar, igualados con 9 unidades.
A partir del sexto lugar, Paraguay no termina por arrancar, en la misma onda Chile, mientras que Bolivia, Perú y Venezuela, ahora mismo se pueden descartar en su lucha con miras a su presencia en Catar-2022, si su accionar no cambia en lo que resta de la eliminatoria.