Sor Alicia Boscán, presidenta de la Asociación Venezolana de Educación Católica, AVEC, manifestó que ante el inminente regreso a clases presenciales en septiembre tienen un doble sentimiento. Uno es de ilusión y el otro es de preocupación.
Sobre la primera emoción, explicó que ciertamente ya hacen mucha falta los niños, adolescentes y jóvenes en las aulas, «en los espacios, en la vida diaria, en el acontecer educativo y en los procesos que se llevan adelante desde la presencialidad».
Pero como contraparte, en la Asociación les preocupa «que no todos nuestros centros educativos estén del todo dispuestos en cuanto a infraestructura reparada».
En este tema propuso a las comunidades educativas, familias y organizaciones comunitarias desarrollar jornadas de limpieza y desinfección en cada uno de los planteles.
Las escuelas no tienen servicios básicos
Mencionó también las dificultades presentes con servicios esenciales como el agua potable. «En todo este tiempo pueden haberse dañado tantas tuberías», dijo.
En el capítulo sanitario alertó que es importante garantizar la vacunación para todo el conglomerado educativo en todo el país. «Han dicho que se han dado pasos en ese sentido».
Otro de los asuntos claves que la religiosa apuntó es el tema del transporte. Una situación que arropa tanto para los docentes como para los propios estudiantes.
A este cuadro le sumó las dificultades de alimentación. «Nuestra gente está desnutrida, está pasando hambre». En este caso aspira que se reactive el programa alimentario escolar del Ministerio de Educación, PAE, «incluso, que el beneficio pueda llegar para los niños de los centros educativos de AVEC en el marco del convenio«.
Igualmente destacó «los bajos sueldos» de los maestros y otros trabajadores del sector educativo, «ya que las necesidades que manifestábamos el año pasado aún permanecen».
Ante esto, la directiva de la AVEC le hizo un llamado a los directivos de los centros educativos afiliados ante el regreso a clases «a que se alineen con los consejos educativos, con las comunidades del entorno, con los docentes, con los obreros, con los administrativos para tratar de solventar tantos problemas que tenemos». Entre ellos, mencionó la seguridad física de las escuelas «y un plan de bioseguridad porque la pandemia no ha terminado», acotó.
A pesar de este panorama, Boscán dijo que «también tenemos mucha esperanza, mucho deseo de hacer el bien y de acompañar a los niños, adolescentes y jóvenes en su itinerario formativo integral como buenos cristianos y honestos ciudadanos».