Es un hecho que los videos ASMR (acrónimo anglosajón de respuesta sensorial meridiana autónoma), creados con la intención de fomentar la relajación del que los ve, están arrasando en internet. Ahora mismo, YouTube ofrece 10 millones de resultados en torno a este fenómeno. En estas grabaciones se puede ver, por ejemplo, a una mujer que susurra durante más de veinte minutos o a otra que tamborilea con los dedos sobre un micrófono.
“Los vídeos ASMR claramente responden a una necesidad poblacional de encontrar claves de gestión emocional, de ganar regulación ante situaciones estresantes o como puro desactivador de estados de ansiedad”, explica Patricia Gutiérrez Albaladejo, psicóloga general sanitaria del CEntro Tap, Tratamiento Avanzado Psicológico.
Sin embargo, advierte la psicóloga, “no tenemos datos que avalen si estos vídeos consiguen el objetivo que persiguen: ser una fuente de relajación y construcción de bienestar”. Aún no se ha comprobado su evidencia científica, por tanto, “no podríamos afirmar que son un factor de protección y de salud para aquellas personas que hacen uso de ellos”.
Lo que sí se sabe -porque está científicamente contrastado- es que “los sonidos, la música y las melodías nos ayudan a gestionar alteraciones emocionales“, señala Gutiérrez Albadalejo. “Cuando escuchamos sonidos melódicos estamos implicando varias de nuestras áreas cerebrales (sistema límbico, área prefrontal, núcleo caudado, etc.), y, por ello, este ejercicio de escucha tiene un alto impacto en nuestras respuestas fisiológicas, que están encaminadas a responder ante estímulos emocionales”. Además, afecta positivamente a los procesos implicados con la memoria y el movimiento.
La fuerza de los sonidos
Los sonidos tienen la capacidad de cambiar el estado de ánimo porque “logran modificar las estructuras cerebrales emocionales, despiertan funciones sociales, aparecen sentimientos de cohesión grupal, considerándonos apoyados y atendidos. Quizá ésta sea la parte que los vídeos ASMR consigue con aquellas personas que los visionan. Es muy probable que se sientan atendidos y cuidados”, dice la experta en Psicología, advirtiendo que no deja de ser una hipótesis para explicar el éxito de estos vídeos que están generando tendencia o, incluso, moda.
Luz ambiente azul para relajarse
Los estímulos lumínicos también pueden influir en la relajación. Así lo indica un estudio realizado por científicos de la Universidad de Granada, en colaboración con el Colegio de Educación Especial San Rafael de Granada (Orden Hospitalaria de San Juan de Dios), que concluye que la luz ambiente azul, frente a la luz blanca convencional, acelera el proceso de relajación tras un proceso de estrés psicosocial agudo.
Este estrés a corto plazo se produce en las relaciones interpersonales o sociales, por ejemplo, al mantener una discusión tensa con un amigo, o cuando se está realizando una tarea y alguien mete presión para que se finalice cuanto antes.