Reportajes y Especiales

Con sus “sillas”, Heddy Durán alcanza reconocimiento en Santiago de Chile

8 de octubre de 2021

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“Dos visiones y un elemento”, en el Centro Cultural Espacio Matta, ha contado con una gran concurrencia de amantes del arte en la capital chilena.

Freddy Omar Durán

Nacido en San Cristóbal, Heddy Durán se hace de un nombre como artista en Santiago de Chile, donde ya ha montado su primera individual en el Centro Cultural Espacio Matta. Ha sido para el creador, con una ya labrada trayectoria nacional e internacional, un buen año, en el cual se hizo acreedor de un premio en un salón internacional de arte en Ecuador.

Los caprichos del destino desviaron la ruta de vida de Heddy Durán, artista plástico tachirense, quien, hoy instalado en la capital chilena, ya se ha hecho acreedor de un premio internacional y hoy en día presenta su primera individual en el Sur.

Y cosecha sus merecidos reconocimientos fiel a un planteamiento estético, que desde el Táchira le ha valido una distinción y premios, uno que no lo caracteriza una técnica o una temática, cuya sola capacidad de sugerencia, incluso desde los principios compositivos, permite habituarse a un sinfín de discursos, y que ha trasladado tanto a la escultura, como a la pintura y la instalación: las sillas.

Con esas sillas, que pueden encarnar a quienes de ellas hicieron uso, o pueden al mismo tiempo signar su ausencia, estará presente durante gran parte del mes de octubre en el Centro Cultural Espacio Matta, bajo el nombre de “2 visiones y un elemento”.

Ha tenido la suerte de conocer un Chile que sabe de arte y que ha brindado solidaridad a un foráneo, que incluye un importante aporte para que su libro de arte salga a la luz desde una reconocida editorial caraqueña, otro de sus sueños, que paradójicamente necesitó la distancia para su conclusión. Desde allí mandó la obra que lo hizo ganador de la Primera Bienal Internacional de Arte de Ecuador. Precisamente, ella hace parte de la muestra que en la actualidad exhibe.

—La exposición consta de dos series, la primera denominada “La Santa Cena”, que son 12 pinturas, cada una de un metro por cincuenta. La otra es una serie denominada “Pandemia”, que consta de 10 esculturas de madera, algunas con incrustaciones metálicas, en pequeño formato, dentro de cajas de acrílico, en las que se visualiza todo el acontecer, día a día, de la pandemia, con sus elementos, como el distanciamiento social, la enfermedad y la muerte. Yo presenté el proyecto a este centro cultural, apenas llegado al país, y me lo aprobaron y buenísimo, y toda una superemoción poder realizar mi primera individual en Santiago de Chile, representar de esta manera al Táchira y a Venezuela— comentó Durán.

Pero la misma pandemia estuvo a punto a frustrar el contacto directo con el público, pues por la misma se había suspendido por más de un año, e incluso se contemplaba la exposición virtual solamente.

—En la fachada del Centro Cultural Espacio Matta, un amplio espacio que lleva el apellido del gran creador chileno, Roberto Matta, tengo, a modo de instalación, una silla que hace parte de la serie “Proyecciones”, elaborada con retazos de madera, en un juego de luz y sombra que va cambiando a medida que el Sol va moviéndose a lo largo del día— agregó Durán.

Itinerancia constante

La itinerancia de Heddy Aly Durán Murillo, nacido en San Cristóbal, en el año 1987, tocó destinos como Colombia, donde también montó una individual en Cúcuta, y Panamá, donde tuvo la suerte de conocer al maestro Cruz Diez. Como muchos artistas, emprender la diáspora, además de las razones propias de la supervivencia, se relaciona con la necesidad profunda de seguir su profunda vocación; pues aunque los creadores plásticos pudieran ya tener una cartera de contactos, aspectos como el transporte de las obras y las telecomunicaciones ponen muchas cortapisas a sus gestiones.

—Últimamente me complicaba para movilizarme junto a mi obra, algo que yo hacía mucho hacia la ciudad de Caracas. Pocas individuales se podían organizar, y poco era lo que trabajaba en el taller, y lo que hacía quedaba en el depósito. Desde aquí he podido mover mi obra para exposiciones, incluso para ventas; pude incluso pagar el envío para una clienta en Colombia. En Venezuela vendí algo para Maracaibo, pero más fue lo que gasté en el traslado, que lo que gané. Para la exposición individual, ellos me pagaron el traslado y los costos de los bastidores. Para hacer una individual en Venezuela es bien complicado, bien fuerte, porque muchas cosas corren por cuenta propia— subrayó Durán.

Adrián Preciado, natural de Cordero, quien le hizo el prólogo al catálogo de la exposición, y actualmente radicado en Bogotá, y Arcadio Sayago, residente en Barcelona, son algunos de los artistas que, como Durán, han probado suerte en el exterior y con los cuales se mantiene en contacto.

Giros del destino

El plan inicial del artista, junto a su pareja, era Paraguay, donde ya se había planteado la posibilidad de una individual. En su mochila iban enrrollados muchos de los lienzos que había pintado en San Cristóbal. De eso, ya han pasado dos años y medio…

—La idea mía era ir a Paraguay para realizar una exposición. Cuando llego a Chile, para pasar a Argentina, y de ahí a la otra frontera, me encuentro con la noticia de una tormenta muy fuerte y como yo iba por tierra me recomendaron que esperara mientras pasaba. Una supuesta breve estadía la aproveché para ver galerías y museos, porque estaba todo bajo el agua. Di con una galería, que se llama Artium de Luz Barros, y justo necesitaba una persona que le ayudara en las funciones propias de una galería, pues si bien tenía una galería comercial, se amplió hacia una galería de exposiciones.

En Chile ha contemplado nuevos proyectos estéticos, pero también otras opciones que desde el arte le permitan la subsistencia.

—Estoy trabajando con Barros desde hace más de un año, un trabajo constante, fijo, y aparte, mis ratos libres los dedico a mi obra. Vivo con mi esposa, quien dio a luz aquí a mi hermosa hija. También trabajo con franelas y suéteres pintados, por encargos, en los que el cliente pide lo que quiere, que sea retratado, pero siempre todo lo que hago lo he mantenido ligado al arte— dijo.

Heddy Durán va forjando una fama en Venezuela, avalada por diversos palmarés, como el premio Artista Joven Venezolano de la primera Bienal de Arte de Oriente, Maturín, del 2011, una carrera con sus respectivas imágenes que se reflejará en un libro de arte, próximo a salir.

—Ya está por salir mi primer libro de arte en una de las mejores editoriales de Venezuela, Art, y ha sido posible gracias al patrocinio de un coleccionista importante de Maracaibo, Jorge Lombardi, y unas galerías de Chile aportaron el gasto del diseño. Ese es un asunto que ha llevado un tiempo de trámites y desarrollos, y Dios mediante, no veo la hora que salga a la calle la publicación, para hacerla llegar al Táchira y a Chile. Esa es una idea que me incentivó el maestro Daniel Suárez, en Caracas, quien afirmaba que eso formalizaba tu carrera— sostuvo con voz emocionada.

Heddy Duran admite que incursionar en el mercado chileno no es tarea fácil, pues las consagradas figuras locales resultan una competencia para nada fácil.

—Aquí hay mucho regionalismo, se valora mucho en Chile a su artista, y eso dificulta mucho entrar al mercado; la obra de uno tiene que ser muy buena para atraer al público chileno. Pero, en receptividad, en ofrecer la amistad, sí ha sido muy bueno, e incluso tuve la dicha de conocer a Guillermo Lorca, un joven muchacho, de treinta y algo de años, que es el más cotizado en Chile y consagrado en Europa, a quien le gustó mucho mi obra y me permitió visitar su taller— acotó finalmente.