Bleima Márquez
@bleimamr
Una de las infracciones recurrentes en materia de tránsito terrestre, en el estado Táchira y otras entidades del país, según las autoridades viales, es la invasión de los espacios destinados a la movilidad de los peatones, porque los obliga a caminar por la orilla de las vías, incrementándose la probabilidad de accidentes.
Aceras, zonas verdes o espacios públicos de plazas, por ejemplo, destinados para peatones, recreación o conservación, en arterias viales como tramos de autopistas, avenidas, áreas de seguridad, curvas o dentro de un cruce, son algunos de los sitios donde nunca debe ubicar su vehículo un conductor.
Tampoco es permitido formar doble fila de autos, parar frente a hidrantes, entradas de garajes o accesos para personas con discapacidad. Sin embargo, esta normativa es violentada a cada instante, sin pensar en las consecuencias negativas para terceras personas.
“En el Táchira, como en el resto de Venezuela, se ha hecho costumbre ocupar las aceras, áreas diseñadas exclusivamente para la circulación del peatón; es un medio de movilidad que permite a los ciudadanos caminar en las ciudades y pueblos”, declaró un funcionario de la Policía Nacional Bolivariana.
Vendedores toman las aceras
Pero no solamente los conductores ocupan las aceras, también hay vendedores, e incluso instituciones públicas y privadas, que parecen haber olvidado la función de las aceras y brocales. Vemos cómo en zonas comerciales y residenciales, otros elementos poseen preferencia, algunos de carácter provisional y otros de manera permanente.
Buena parte del espacio creado para las personas que andan a pie ha sido tomado para beneficiar a otros componentes de la vía y la comunidad. Casos concretos en las avenidas del centro de San Cristóbal.
Penosamente, las aceras sirven, muchas veces, como estacionamiento de vehículos y también son tomadas como espacios de seguridad de edificaciones, exhibición de mercancía de todo tipo, disposición de desechos sólidos, entre muchos otros usos, todos diferentes a garantizar al peatón un espacio seguro para transitar.
Lo cierto es que los peatones deben evadir obstáculos diariamente para poder circular. Hay situaciones precisas, como el comercio informal y expendios de productos de diversos tipos, cuya dinámica debería ser estudiada; sin embargo, es indudable el impacto que genera en el espacio urbano y la incidencia en la seguridad del transeúnte; hombres, mujeres, jóvenes y niños que diariamente se exponen al esquivar tantos obstáculos.
Desde Diario La Nación, invitamos a conductores, comerciantes y demás componentes de la vialidad a no ocupar espacios destinados única y exclusivamente a la seguridad del peatón.