SI EN UNA ALCALDÍA no hay dinero para cubrir los sueldos de sus servidores, no hay recursos para mantener los servicios públicos a la altura, no hay plata para desarrollar una gestión novedosa, quiere decir que tal ayuntamiento está quebrado, en bancarrota o solo opera para pagar sueldos y salarios a los semaneros, a los obreros y a sus empleados… CON UNA ADMINISTRACIÓN así sin caudales en caja, así venga Mandrake el Mago no se podrá proyectar nada para el bienestar futuro, pues seguirán las calles llenas de huecos, las avenidas con semáforos dañados y sin señalización respectiva, la vida nocturna a oscuras, la basura campeando por todas partes y las necesidades sociales en lista de espera por la falta de recursos… ANTES SE ESPERABA mucho del desempeño de las alcaldías, y las mismas se esmeraban en mantener su zona urbana adecuadamente vivible para el bienestar de su vecindario; pero de un momento a otro, se multiplicó de manera sorprendente su burocracia, que por el irresponsable desempeño económico que sufrimos ante una hiperinflación galopante, tiene que absorber cada dos meses aumentos que descomponen cualquier planificación de inversión pública, dejando a sus gerentes mirando a la Luna sin saber qué hacer para cumplir con los planes políticos prometidos… LAS ALCALDÍAS funcionan por el Situado Constitucional de acuerdo al número de habitantes a las que atienden con dineros enviados por el gobierno central y por los ingresos propios a través del cobro de sus impuestos prediales, que si no se programan de acuerdo a lo que reciben, simplemente acusan un déficit anual imposible de llenar cuando las necesidades así lo ameritan… DE ESTA MANERA, estos entes se convertirán en solemnes elefantes blancos, sus instalaciones en pirámides de Egipto y sus burgomaestres en jarrones chinos, pues nada o casi nada podrán ejecutar, sino simplemente lucir sus títulos como los monarcas sin reino que aún pululan por buena parte del Viejo Continente… TENEMOS QUE HACER algo ante tal circunstancia que es una verdad más grande que una catedral para devolver a la Alcaldía su razón de ser y de estar, y no simplemente como un símbolo de la democracia que arroja más gastos que beneficios, y es a lo que hemos caído si es que no nos ingeniamos de alguna manera para encontrar las fórmulas que permitan engrosar sus ingresos, reducir sus nóminas, muchas veces obedeciendo a apetitos partidistas, y ponerlas a caminar con lo necesario para hacer de sus metrópolis lugares de sana convivencia, de diversión y de seguridad, que es cuando menos para lo que han sido creadas desde la época de la colonia española. …….. Y ESTO, es todo por hoy. ……. MENTIRAS Universales: “La alcaldía lo arreglará todo”. …….. DIOS los bendiga, ¿Saben?
VICTOR MATOS