Carlos Casanova Leal
En Venezuela, la corrupción es una de las causas por las cuales el progreso social se detuvo, esto en razón de que los valores morales y éticos dejaron de practicarse como norte de nuestras actuaciones.
La corrupción es sistémica, está en las entrañas del Estado venezolano y permeó a la sociedad desde la clase dirigente, en todos sus ámbitos de actuación, rompiendo el equilibrio necesario que debe darse entre la sociedad, entre ella y los organismos del Estado, de respeto y de cumplimiento de los preceptos de ley. Si una sociedad se deja corromper, se vuelve insensible con los demás, se abre una fisura y deja de avanzar, esa fractura social limita el desarrollo. No existe un solo país que demuestre que con la corrupción avanzó como sociedad, todo lo contrario, la ecuación es que a mayor corrupción, mayor pobreza, y viceversa. Ese es el caso de Venezuela.
El juego de hambre en la ruleta del enriquecimiento con el programa CLAP, para que existiera el programa se necesitaban pobres para justificarlo y así sucedió, constituyéndose en un enriquecimiento y lavado sostenido por el estado de pobreza permanente de la población; el discurso de la pobreza hace ricos a los que son incapaces de promover un modelo económico que derrote la pobreza y saque al ciudadano de ese estado.
Hoy la clase media no existe, todos somos pobres, a excepción del 4 % de la población de “enchufados” que, sin tener una bodega, son ricos para comprar y vivir como tales.
Pero la corrupción no es exclusiva de los altos funcionarios y de sus entornos, es también de los funcionarios de primer nivel y así, de forma ascendente, el que cobra en la alcabala por dejarlo pasar cuando viene de la frontera al interior del Táchira y de Venezuela; el 30 % de los productos agrícolas que se trasportan se van quedando en las alcabalas; el ciudadano que repaga el gas, normalmente se presenta un acto de corrupción cuando de un funcionario a su discreción se depende para lograr el trámite y ahí su ventaja económica.
El contrabando ahora impide que el Seniat ejerza su función fiscalizadora, ya que los que autorizan el paso, por ejemplo, de cauchos, forman parte del mismo partido de los que deberían fiscalizar; de esa manera, el contrabandista neutraliza la acción del Estado, neutralizando al funcionario, cuando un tribunal civil, por ejemplo, solicita una actuación a la fiscalía en razón de que encontró en una inspección judicial de un local comercial cerrado, usado como depósito de cauchos, sin papeles que acrediten la actividad como legal, en razón de que es ilegal, y la fiscalía no actúa, pues el contrabandista neutraliza la acción penal del Estado, controlando al que debe establecer la sanción. De esta manera, un constructor de una urbanización sin permisos vende 44 casas hace 10 años, y los compradores no las pueden habitar por no tener servicios, pero la acción del Estado, al no castigar al estafador, termina castigando a la víctima. Estos ejemplos los conozco de primera mano.
Siendo así, la corrupción está en todos lados; la revolución del socialismo del siglo XXI hizo su agosto con la corrupción, mal puede perseguirla para castigarla, si por el contrario la ampara.
El caso Saab, Carvajal y Vielma, sigue revelando lo degradado de la función pública, y cuando se menciona una empresa que era de la gobernación del estado, ¿dónde están las auditorías de gestión? ¿Qué hizo la contraloría del Estado?
La corrupción debe encontrar en la oposición una fuerza moral y ética que la enfrente, si no es moral y ética, terminará en lo mismo.
La honestidad no se puede presumir, ahora hay que demostrarla, la lucha política tiene que ser moral y ética, frente a los que no lo son; por ello, invito a Laidy Gómez, Fernando Andrade, Freddy Sandoval, a que publiquen sus declaraciones juradas de bienes y medios de vida, y así Bernal tendrá que presentar las suyas.
A que Gustavo Delgado, William Méndez, Carlos Utrera, hagan lo mismo y asuman el compromiso público, no utilizar empresas privadas para la recaudación de impuestos que se hacen en la alcaldía, por lo que no es necesario una empresa para ello, así el candidato del oficialismo se verá obligado a lo mismo.
En sus manos, la marcha por la dignidad del Táchira.