Regional
Denuncian escasez de agua y caño contaminado en sector de San Lorenzo
5 de noviembre de 2021
Raúl Márquez
Habitantes del sector 14 de Diciembre, de San Lorenzo, viven una odisea para contar con el vital líquido
La lluvia es una bendición, literalmente hablando, para los habitantes del sector 14 de Diciembre, ubicado en San Lorenzo, parroquia Santo Domingo del municipio Fernández Feo. Y es que la escasez de agua potable es una de las problemáticas que atraviesa esta localidad del sur del Táchira, además de los olores nauseabundos que emanan de una quebrada que la atraviesa, lo que pone en riesgo la salud de los vecinos.
En lo que respecta al servicio de agua potable, relatan los lugareños que una gran parte de la población espera la lluvia para contar con unos cuantos litros del vital líquido, para ducharse y preparar los alimentos.
Ramona López, quien desde hace más de diez años vive en la comunidad, explicó que, en efecto, en muchos casos, tienen que esperar que llueva para contar con el agua para lo básico o, en otros casos, cancelarles a unos vecinos que se las traen a sus casas en sus cisternas.
«Hace como año y medio, los de la Mesa de Agua vinieron a la comunidad, se reunieron con nosotros y, supuestamente, iban a cambiar la manguera de agua, que sería la solución para esta problemática, pues de esa manera todos contaríamos con el líquido, por lo menos cuatro veces a la semana, así como los otros sectores. Pero todo quedó en veremos», apuntó la dama.
Aseveró además que cerca del caño, un habitante, a quien sí le llega agua con regularidad, colocó una manguera con llave para que los que necesiten llenen tobos y puedan cargar agua para sus casas.
«El caño nos divide, pero a la parte del 14 de Diciembre que queda al lado, que limita con la calle principal de San Lorenzo, sí le llega agua con mayor regularidad, creo que cada dos o tres días, que si bien no es lo suficiente, por lo menos quienes tienen motobombas están seguros de contar con el vital líquido».
En este sentido, Hercilia Rodríguez advirtió que en ocasiones se ha quedado sin agua, pues cuando tiene chance de llenar su tanque, entonces cortan el fluido eléctrico.
«Aquí tenemos un fuerte racionamiento de agua y eléctrico, por lo que por donde quiera que veamos, suele costarnos a algunas familias tener el agua indispensable. A veces, aunque haya energía eléctrica, nos quedamos con los tanques vacíos por el hecho de que todos al mismo tiempo prenden sus bombas, y las que tienen mayor potencia son las que logran su cometido», explicó Rodríguez.
Caño contaminado
La comunidad, constituida por dos calles y varias carreras, sin asfaltar, es atravesada por un caño de aguas turbias que en horas de la tarde, o cuando los rayos del sol arrecian, emana olores putrefactos que invaden las casas y el ámbito en general, constituyendo un potencial peligro para la salud de los habitantes de este humilde villorrio.
«Desde hace tiempo, el caño se encuentra contaminado y de él brotan olores fuertes, puesto que, al parecer, allí caen varias cloacas. Hace un tiempo nos reunimos y se iniciaron trabajos de embaulamiento, los cuales, por diversas razones, no se culminaron. Es necesario que se haga un estudio y se busque una solución al deplorable estado de este afluente hídrico, para evitar que siga afectando la salud de los vecinos», comentó Yaneth Contreras.
Fallas eléctricas
Coincidieron los vecinos, entrevistados para el presente trabajo periodístico, que otros de los “karmas” que viven a diario tiene que ver con los recurrentes cortes eléctricos, así como los altibajos del voltaje, que ponen en riesgo sus electrodomésticos y los afectan en sus quehaceres diarios.
«Suena trillado, pero debemos, nuevamente, hacer un llamado a Corpoelec para que mejoren el servicio eléctrico, cuyas fallas nos afectan, incluso implican pérdidas económicas, y lo peor es que no parecen tener fin y, por el contrario, empeoran con el paso de los días», afirmó con vehemencia Ramona López.