Aunque las investigaciones se mantienen de manera muy hermética, se pudo conocer que las alcabalas, desde San Cristóbal hasta el estado La Guaira, donde el domingo incautaron 387 kilos de cocaína, estarían bajo cuestionamiento, por cuanto se desconoce cómo pudieron trasladar tal cantidad de droga sin ser detectada en ningún punto de control existente en tan extenso trayecto.

Según fuentes militares, si bien las cámaras de grabación de cada alcabala están siendo analizadas, a fin de detectar alguna irregularidad en torno a los tres vehículos en los que llevaban la droga, el personal militar que estaba de guardia ese domingo, 7 de noviembre, día del procedimiento, no ha sido cambiado, como normalmente lo hacen, después de la incautación de un cuantioso alijo como este.

Un dirigente y su padre

Como ya se había informado, por el tráfico de drogas aprehendieron a siete hombres: uno del estado Lara, uno de Distrito Capital; dos cuyo origen se desconoce, y tres de Trujillo.
De estos últimos, aunque los tres llevan el mismo apellido Viloria, algunos medios y portales digitales del país han reseñado que son padre e hijo, ampliamente conocidos en Trujillo.

Y que el hijo “fue director general encargado en el gobierno del alcalde del municipio Rafael Rangel, Luis Rojas; luego fue asesor del exdiputado Conrado Pérez Linares, junto a la directiva que integró Luis Brito. Incluso estaba vinculado al diputado Luis Parra”, refirieron
Ellos tres y otros cuatro hombres fueron detenidos por funcionarios del Comando Nacional Antidrogas y del Comando de Zona de la GNB número 45, mediante labores de investigación y seguimiento, en el Puerto Marítimo de La Guaira.

Habían partido de San Cristóbal, la capital tachirense, sin referir un sitio en particular.
Al revisar los tres vehículos en los que viajaban: Toyota chasis largo, blanco, placa AM3730A; una camioneta Toyota Fortuner, vinotinto, placa AB083UO, y una Toyota 4Runner, negra, placa AM804WA, los funcionarios localizaron 336 panelas de cocaína, que sumaron en total 368 kilos con 460 gramos, ocultos en los parachoques, asientos y pisos.
El destino era Macuto. También les retuvieron tres armas de fuego, cortas.

(Miriam Bustos)