El papa Francisco visitó a cerca de 620 mujeres que permanecen recluidas en la cárcel femenina de San Joaquín, en Santiago, a propósito de su viaje apostólico de tres días por Chile.
Es la primera vez que el jerarca de la iglesia Católica visita un centro penitenciario femenino. “Estar privadas de libertad, como bien nos decías Janeth, no es sinónimo de pérdida de sueños y de esperanzas. Ser privado de libertad no es lo mismo que estar privado de la dignidad. La dignidad no se toca, a nadie”, expresó el pontífice durante un discurso que ofreció a las reclusas.
“Todos sabemos que muchas veces, lamentablemente, la pena de la cárcel se reduce sobre todo a un castigo, sin ofrecer medios adecuados para generar procesos, de reinserción (…) Y eso está mal», dijo Francisco.
El Papa recibió obsequios de las privadas de libertad y se tomó fotografías con los gendarmes, a quienes les expresó que reza por ellos, para que realicen su trabajo con dignidad.
Luego de retirarse del Centro Penitenciario San Joaquín, el Sumo Pontífice se dirigió a la Catedral de Santiago. Tras cruzar Vicuña Mackenna en un auto cerrado, llegará a la Alameda, donde tomará el papamóvil, reportó Globovisión.