Sucesos

Aprehendida una mujer que suministró alimentos a jóvenes evadidos del albergue de menores

3 de diciembre de 2021

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La sospechosa fue aprehendida por efectivos de la Policía del estado Táchira, tras la recaptura, en el sector El Pórtico, en Rubio, municipio Junín, de uno de los evadidos, quien ha aportado información puntual para el esclarecimiento de los hechos y la ubicación de los trece internos que aún permanecen fugitivos

Por Armando Hernández

Una mujer que supuestamente suministró alimentación y ayuda, para que se mantuvieran ocultos en una zona boscosa del sector conocido como La Osuna, a varios de los jóvenes que el viernes 19 de noviembre se fugaron del albergue de menores de San Cristóbal, causando la muerte a uno de los custodios, fue apresada por funcionarios de la Policía del estado Táchira, luego de la recaptura de uno de los evadidos, que ha aportado información que pudiera ser puntual para el esclarecimiento de los hechos y la ubicación de los trece solicitados que se mantienen en fuga.

La mujer, que supuestamente suministraba alimentos y provisiones a los fugitivos fue detenida en el sector La Osuna y puesta a órdenes del Ministerio Público.portada

Pese al hermetismo que mantienen las autoridades, para no perturbar la investigación que se encuentra en pleno desarrollo, se sabe que las operaciones cuentan con la participación de los diversos organismos de seguridad, y en lo que corresponde a la policía del estado Táchira, son conducidas por el comisario general, Wilman Rivera Torres, director de la institución, y que en las mismas toman parte efectivos de la División de Inteligencia, así como funcionarios desplegados al menos en cinco municipios fronterizos, donde se mantienen alertas, en un intento por cerrar el paso a los fugitivos, que al parecer intentarían llegar a territorio colombiano.

Catorce días de fuga

La fuga ocurrió a eso de las nueve de la noche del viernes 19 de noviembre en el centro de Centro de Rehabilitación del Menor, ubicado en la 19 de Abril, de San Cristóbal, conocido como albergue de varones o de menores, en momentos que un grupo de detenidos eran devueltos a las celdas luego de haber tomado parte en actividades deportivas, específicamente en la práctica del baloncesto, para lo cual contaban con la colaboración de un custodio, identificado como Énder Rozo Varela, de 45 años de edad, a quien los internos atacaron con arma blanca, causándole la muerte en momentos que intentó impedir la fuga.

Se sabe que los muchachos se amotinaron al momento de ser ingresados a los dormitorios y área de duchas, donde permanecerían con candado hasta el día siguiente. Se presume que la fuga estaba planificada y por eso uno de los detenidos portaba un arma blanca y otros objetos contundentes. Atacaron a los tres custodios, matando a uno e hiriendo a los otros dos. Para emprender la huida retornaron al área de las canchas, desde donde saltaron al Parque Metropolitano y desde allí al Barrio Las Flores, por donde escaparon sin dejar rastro.

Esa misma noche, los diversos organismos policiales y la Guardia Nacional Bolivariana se movilizaron y emprendieron la búsqueda de los 14 evadidos, que en un primer momento se dijo eran adolescentes, pero luego se aclaró que diez de ellos eran adultos, que habían alcanzado la mayoría de edad mientras estaban detenidos en el albergue.

Los primeros días resultaron difíciles y agotadores para la policía, que intentaba conseguir pistas para la captura de los evadidos. Recorrieron barrios de San Cristóbal, Táriba, San Josecito, Santa Ana y Rubio. Todos los esfuerzos resultaron inútiles. El grupo, conformado por individuos muy jóvenes y de cabeza rapada, procuraba no movilizarse por zonas pobladas para evitar ser detectado, según la conclusión a la cual llegaron los investigadores. “Parece que se los hubiera tragado la tierra”, comentó un funcionario del Cicpc, un tanto decepcionado.

Un recapturado

Las cosas cambiaron en horas de la tarde del martes, cuando una comisión de la policía estadal, bajo el mando del comisionado Wilson Beltrán, director del Centro de Coordinación Policial Rubio, municipio Junín, realizaba labores de inteligencia por el sector conocido como El Pórtico y fueron alertados sobre la presencia, en la calle principal de Los Naranjos, de un hombre joven, no residente de la zona, que mantenía un comportamiento sospechoso. Cuando lo describieron, los oficiales notaron que las características coincidían con uno de los fugados del albergue, por lo que de inmediato se trasladaron al sector. El hombre, que para el momento vestía short azul, franela morada con letras blancas en el frente y calzaba cholas de goma, no tuvo la menor oportunidad de escapar, ya que en un santiamén se vio rodeado por los funcionarios.

Fue identificado como A. J. Acevedo, de nacionalidad venezolana y 20 años de edad, quien aparecía solicitado y tenía orden de captura emitida por el Juzgado en Función de Ejecución de la Sección de Responsabilidad Penal del Adolescente, de fecha 19 de noviembre del presente año, por el delito de fuga de detenidos.

Un funcionario policial dijo que este joven estaba en el albergue de menores desde hace aproximadamente cuatro años, tras ser apresado en la población de Santa Ana del Táchira, donde tenía residencia, por su presunta participación en el asesinato de una mujer, a quien mataron para robarle sus dientes de oro.

Una mujer les suministró alimentos

Esta detención abría al compás para ubicar a los otros fugados, mientras el recapturado era llevado a Rubio para ser interrogado. Por orden del comisario Rivera Torres se procedió a activar a funcionarios de la Dirección de Inteligencia de PoliTáchira, que de inmediato se sumaron al equipo de investigación y lograron obtener información puntual sobre el caso.

Se sabe que los evadidos se mantuvieron juntos desde el mismo instante de la fuga, y que aún se mantiene un grupo que evita movilizarse de día y por lugares poblados. Desde el primer momento buscaron las zonas boscosas y de montaña, especialmente en la zona de Santa Ana del Táchira, municipio Córdoba, sector La Apolonia, por donde llegaron a La Osuna y allí permanecieron por algunos días, ocultos entre la vegetación. En ese lugar recibieron la ayuda de una mujer, habitante de la zona, que les suministraba alimentos y les mantenía informados sobre la presencia de las comisiones policiales. Fue en este mismo sector donde lograron obtener ropas para tratar de cambiar su apariencia.

Los funcionarios de inteligencia fueron a ese sector para indagar sobre la femenina. Pronto lograron identificarla y detenerla. Se dice que en ese mismo lugar también fue aprehendido un menor, que no forma parte del grupo de fugados. No se ha informado sobre su conexión con el caso. En las investigaciones se supo que mientras el grupo estuvo oculto en zona boscosa, cerca de la casa de la mujer que les suministraba alimentos y provisiones, vieron llegar al menos una comisión policial que intentaba obtener pistas de los fugitivos. Los funcionarios se entrevistaron con la ahora detenida, pero esta les ocultó información y les dijo que todo estaba normal por esa zona, comprendida entre los municipios San Cristóbal, Córdoba y Junín. Dijo que no había visto el desplazamiento de personas sospechosas ni extrañas por ese sector.

Esta mujer fue puesta a órdenes del Ministerio Público, en tanto que las investigaciones continúan. Las autoridades cuentan con datos importantes que pudieran llevarles hasta los fugados. Sobre esta parte del proceso investigativo se mantiene un absoluto hermetismo, pues consideran que no es conveniente revelar detalles de las operaciones.