Reportajes y Especiales
La Nación lo recuerda | Las ferias de antes: populares, inolvidables y apoteósicas
9 de enero de 2022
Los primeros años fueron inolvidables, por la calidad de los eventos que se presentaron y la participación de un pueblo que se desbordó, emocionado, para disfrutar de una feria con verdadero sentido popular, en la cual se presentaron los mejores espectáculos, con los artistas del momento, a quienes se les exigía una presentación gratuita en los sectores populares.
Armando Hernández
La gran carrera taurina de Enrique Ponce, una de las más importantes figuras del toreo a nivel mundial, se inició con un triunfo en la Monumental Plaza de Toros de Pueblo Nuevo, en época inolvidable, cuando la feria era otra cosa, escenario de grandes espectáculos, con la presencia de agrupaciones artísticas nacionales e internacionales de primer orden, con gran arraigo popular y donde todos querían participar porque la ciudad hospitalaria se llenaba de luces y alegría, y abría sus puertas a propios y extraños para celebrar la gran fiesta en honor al patrono San Sebastián.
Quien así lo recuerda es el conocido locutor Carlos Méndez Arciniegas, quien por más de cuarenta años ha conducido el espacio radial “Recorriendo la feria”, lo cual lo ha convertido en testigo de excepción y partícipe de numerosos eventos, entre los cuales están los tradicionales templetes, las corridas de toros, las exposiciones, Vuelta al Táchira, Desfile de Feria y una gran cantidad de eventos que fueron exitosos; pero, a pesar de ello, desaparecieron de la programación, por razones diferentes.
Templetes, escenarios de la gran fiesta
Carlos Méndez recuerda los templetes, donde a su entender se celebraban las verdaderas fiestas populares con la participación del pueblo, pues la gente de nuestros barrios se esmeraba en programar los eventos que cada noche serían la atracción. Casi todos los barrios contaban con un templete. A su memoria llegan dos que considera excepcionales y tradicionales por su prolongada trayectoria. En primer lugar, coloca al famoso templete Los Ermitaños, que funcionaba en la calle 12 entre avenida García de Hevia y la carrera 4, escenario de numerosos eventos que eran programados por los vecinos, entusiastas y colaboradores. Era, en su opinión, el mejor templete que había en la ciudad, con verdadera participación popular, donde se organizaban juegos típicos, toros de antaño, concursos y la gran fiesta con la participación de las mejores agrupaciones musicales que venían a tocar en la feria.
En tiempos pasados había una cláusula que obligaba a las agrupaciones contratadas para actuar, en cualquier escenario de feria, a presentarse gratis en los barrios. Allí estuvieron la Billo´s Caracas Boys, Los Corraleros del Majagual, Celia Cruz, Pastor López y, por supuesto, no podía faltar Orlando Peñaranda Moros con Orlando y su Combo, porque era del sector, vivía a media cuadra del templete y era gran entusiasta y colaborador. Los cantantes de Orlando: Paco López, Rafa Moreira y Omar Ferrer, el popular Caraota.
También recuerda el templete Antonio Aragón, que tenía su sede en la calle principal del barrio Lourdes. Contaba con gran prestigio y una importante programación. Los vecinos se esmeraban para que fuera uno de los mejores de la ciudad y era apadrinado por Aragón, conocido y querido narrador taurino que año tras año iba al barrio para compartir un rato con la comunidad.
Poco a poco, los templetes fueron desapareciendo y entre las causas principales están la inseguridad y los altos costos de funcionamiento.
Portón Taurino de América
Los espectáculos taurinos eran otra cosa, formaban parte de las ferias apoteósicas, que ya no lo son. El mes de enero, en San Cristóbal, era especial y los ojos del mundo estaban pendientes de nosotros, por ser “La Feria Gigante de América”. Entonces, teníamos toreros de primer orden y las mejores ganaderías del mundo. Los llenos en la Monumental Plaza de Toros de Pueblo Nuevo eran impresionantes, hasta la bandera. Un triunfo en esta plaza abría las puertas en diferentes plazas de América y de la misma España, donde los festejos de San Sebastián tenían gran renombre.
Aquí empezó su carrera triunfal Enrique Ponce, uno de los principales toreros españoles. En varias oportunidades salió en hombros por la puerta grande, nos dice Carlos Méndez, y eso fue puntual para su despegue, que lo convirtió en una de las principales figuras del firmamento taurino. También tiene palabra de elogios y recuerda con mucho cariño al empresario tachirense Hugo Domingo Molina, uno de los grandes impulsadores de la feria y las actividades taurinas, llevándolas al sitial que han ocupado por muchos años. Por ese motivo y con gran justicia, la Monumental Plaza de Toros lleva su nombre.
La actividad taurina se recuerda como uno de los puntos de mayor atracción. Gran cantidad de aficionados, no solo de Venezuela y Colombia, sino de diferentes latitudes, venían por la atracción de los carteles y la importancia de los toreros. Se habilitaban las casas de familia para alojar a tantos visitantes, ya que la capacidad hotelera era rápidamente copada. Los matadores de toros luchaban para ser incluidos en nuestra feria, pues sabían que un triunfo en San Cristóbal les pondría en la ruta de los grandes festejos.
Era increíble la actividad en Pueblo Nuevo durante las tardes de toros. Las vías de acceso colapsaban por la gran cantidad de vehículos. Impresionaba la multitud tratando de conseguir entradas en las taquillas, que no contaban con la boletería porque ya la mayoría de localidades había sido vendida mediante la modalidad del abono. La gente se quedaba afuera, en las áreas verdes, o buscaba otros entretenimientos, pues no les era posible ingresar a una plaza llena, a reventar.
Grandes atracciones
Fueron los primeros años de feria, la época de las grandes atracciones. Méndez, de esa época, nos recuerda a la Banda de la Universidad Purdue, con su famosa ´Niña de Oro´, una hermosa y atractiva batutera que era la principal atracción cuando lanzaba a gran altura la batuta, para luego recibirla con gracia y elegancia. También estaban las ´Niñas de Plata´. Ese show era magistral y se convertía en un regio espectáculo para el público, que llenaba los lugares donde se presentaban, especialmente durante los bandos de feria.
También llegan a la memoria el Escuadrón Montado de los Carabineros de Chile, el Escuadrón Motorizado de la Policía de México y muchos grupos más que venían del extranjero precedidos de gran nombre y prestigio. De Venezuela, los Diablos de Yare, las Danzas de Yolanda Moreno, las bandas show de Maracaibo y Táchira. Durante una feria nos visitaron Antonio Aguilar y Flor Silvestre. También estuvo Miguel Aceves Mejía, en el Hotel de Ferias El Tamá, donde los bailes eran a sala llena. No se puede olvidar las trasmisiones de Venevisión, con Amador Bendayán y luego Gilberto Correa, que promocionaban la feria con el acto de elección y coronación de la reina desde la Monumental y el velódromo de San Cristóbal. Las vueltas al Táchira con la presencia de equipos grandes y destacadas figuras del ciclismo nacional e internacional.
Recordamos las grandes emociones que nos brindaron pedalistas como Fernando Fontes, Santos Rafael Bermúdez, Nicolás Reitler, Domingo Guerrero y Justo Galavís, por nombrar algunos de esos extraordinarios deportistas, de gran pundonor, que de tú a tú se medían con figuras como Martin Emilio “Cochise” Rodríguez, Álvaro Pachón y otros, en singular duelo que era seguido por la fanaticada a través de las trasmisiones radiales. La Media Maratón de San Sebastián, el básquet. Hasta un combate de boxeo internacional tuvimos el 20 de enero de 1967, con la participación de Carlos “Morocho” Hernández, primer campeón mundial venezolano.
Las casetas y clubes con esos regios bailes y los duelos de orquestas, los desfiles de feria, las Carretas del Rocío, la Noche de Las Ruanas y la Tarima Polar, que junto a los espectáculos programados por Asogata captaban la atención del público. Las ferias mecánicas, con sus carritos chocones y la Rueda de Chicago, entre otras atracciones; el baile de la reina en lugar popular, donde el público podía asistir sin mayor protocolo. La Feria Exposición en los pabellones Colombia y Venezuela, y la Feria Agropecuaria de Asogata. También se hacía la Feria Artesanal, últimamente, en la Plaza Páez de La Ermita, pero las condiciones cambiaron y se comenzaron a vender otros artículos que le hicieron perder el concepto de artesanal, hasta que finalmente fue arropada por la “quincallería”, llevando a su desaparición.
A las ferias de antes venían políticos y presidentes, porque estar en los diferentes escenarios era darse un baño de popularidad y con eso, también se consiguieron importantes obras para la región y el estado. La plaza de toros era el gran termómetro, donde la gente aclamaba o pitaba al personaje en medio de risas y un ambiente de alegría, porque eso era parte de la fiesta. Recordamos las visitas de los presidentes Rafael Caldera Rodríguez, Carlos Andrés Pérez, Luis Herrera Campíns, Jaime Lusinchi y Hugo Rafael Chávez Frías.
El Reinado, un evento popular
La elección y coronación de la reina de la Feria Internacional de San Sebastián fue siempre un acontecimiento de participación popular, donde la gente de nuestros barrios se hacía presente para pujar por el triunfo de su candidata preferida. Esta elección se hacía en medio de un gran espectáculo artístico, que era llevado al país a través de las pantallas de Venezolana de Televisión y Venevisión, en primera instancia, y luego con gran sentido de pertenencia por la Televisora Regional del Táchira, TRT, así como una gran cantidad de emisoras de radio. La ciudad prácticamente se paralizaba porque todos querían asistir al acto de elección y coronación.
El público llegaba con mucha antelación a la Monumental o el Velódromo para ocupar las mejores localidades y salían a relucir los cartelones, bambalinas y pancartas con los nombres de la candidata de su preferencia. Había emoción y presencia de un pueblo que disfrutaba de su feria. Era uno de esos espectáculos verdaderamente populares. No se olvida la expectativa cuando llegaba el momento final y el animador encargado de hacer el anuncio daba largas al asunto, generando nervios entre las aspirantes y sus partidarios.
Las muchachas se convertían en una especia de embajadoras de nuestro estado y viajaban en grupo a Caracas, con los organizadores, a promocionar nuestra feria y eran recibidas en Palacio por el presidente de la República, a quien cursaban invitación formal para que viniera a San Cristóbal, a nuestra feria.
Las cosas cambiaron
Carlos Méndez considera que la feria cambió porque el país cambió. El aspecto económico influyó en la merma de condiciones para traer, en el caso del toreo, a las grandes figuras del momento y en el aspecto regional, no se cuidó por mantener la calidad.
José Gutiérrez, comerciante de repuestos, dice que el espectáculo taurino decayó en calidad y esto alejó a la gente de la plaza. La empresa y la autoridad incumplían, cuando en el papel anunciaban una corrida para las cuatro de la tarde y empezaba una hora u hora y media después, obligando a la gente a permanecer en la plaza hasta la noche. Esto le restaba seriedad al espectáculo y obligaba a la gente a salir de la plaza en medio de la oscuridad y sin garantía de seguridad. También criticó los costos de estacionamiento y los precios dentro del coso taurino, que calificó de especulativos.
Sobre este último punto, Méndez nos dice: La feria comienza a decaer por diferentes razones, la inseguridad es una de ellas. “Esta plaza tuvo un descuido tremendo, con estacionamientos a oscuras y no había seguridad de ningún tipo”. A causa de ello, y la situación económica, comenzó a decaer la asistencia del público y hoy no hay esa presencia masiva de antes en la plaza de toros, agrega luego.
Así mismo, dice que la pandemia por el COVID-19 se convirtió en un golpe muy fuerte, porque obligó a la suspensión de eventos. La gente teme a la inseguridad y que no haya medidas de bioseguridad. Una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace, comenta después.
Méndez sigue recorriendo la feria, como lo hace desde hace más de 40 años, ya forma parte de la misma y de por sí es un personaje pintoresco, de gran aprecio y consideración en los diferentes escenarios, particularmente en los espacios taurinos. Está dispuesto a colaborar y ayudar en lo que sea posible para la recuperación de nuestro máximo evento, una tarea que no es fácil, pero tampoco imposible.
De hecho, en los actuales momentos existe un extraordinario equipo que está trabajando en la organización de los diversos eventos. Su aspiración es la recuperación y que volvamos a tener la “Feria Gigante de América”, esa que nos llenó de orgullo y permitió que el nombre de nuestra ciudad y estado recorriera el mundo. Apostamos al éxito y depositamos nuestra confianza en este grupo de ciudadanos, a quienes respaldamos y ofrecemos nuestra mano, para ayudar en esta tarea.